Page 13 - LIBRETOS
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fieles entraron en la iglesia, encontraron amontonados a los facinerosos,
               uno sobre otro.



               En este mundo de andanzas de sendos triunfos, Juan Oso iba demostrando
               su poder y osadía hasta que, peregrino de la aventura, llegó finalmente a
               un pueblo al que encontró misteriosamente temeroso. Todavía la noche no
               había llegado al pueblo pero estaba agazapado y en sigilo. Ni los animales
               estaban en sus corrales. Intrigado por esta actitud tocó una puerta
               inquiriendo por lo que acontece y, un aterrorizada anciana por una ventana
               entreabierta le dijo



               -ANCIANA: Fuera, que el pueblo está a cierrapuertas porque a partir de
               esta hora llega el condenado que destroza todo lo que encontra y devora a
               todo el ganado;



               NARRADORA: el condenado era un rico y cruel terrateniente muerto, al
               que Dios había castigado.(Cerro la ventana en silencio)


                                                        Acto IV



               -NARRADORA: El aspecto lúgubre de la vieja casona no influyó para
               nada en el espíritu del fogoso aventurero que sin temor alguno tendió una
               manta y se recostó a descansar. Muy pronto se quedó dormido.
               Promediaba la medianoche, cuando un silbido tétrico seguido de un
               vientecillo helado, le hizo despertar. En ese estado oyó una voz misteriosa
               y bronca que preguntaba:



               — VOZ MISTERIOSA:   ¿Caeré… o no… caeré?. (y repitió tres veces)


               -JUAN: ¡Cae pues, si quieres! (gritando fuerte)



               -NARRADORA: Y al instante cayeron los despojos de un torso y el
               vientre de un cadáver nauseabundo. Intrigado y sin moverse, Juan Oso
               contemplaba aquella carroña sin sentir por ella ningún temor. Ya se estaba
               olvidando del asunto cuando nuevamente la misma voz:



               —VOZ MISTERIOSA:    ¿Caeré o no caeré?¡¡


               —JUAN: ¡¡Haz lo que quieras, ya te he dicho! – Y un par de piernas
               primero y de brazos después cayeron al lado del tronco y al instante se
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