Page 159 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN                                                             Donde termina el Arco Iris
                       en Boston, desde donde lo tengo un poco crudo para ir a trabajar todos los
                       días. De modo que ¿cuál es el único otro ser humano que conozco en Dublín
                       ahora mismo (y ni se te ocurra pensar en Comosellame)?
                       Ni más ni menos que Brian el Llorica.
               ALEX: ¡No!
               ROSIE: ¡Sí! Eso me temo. Te estoy escribiendo desde la despensa del piso de alquiler de
                       Brian el Llorica, donde me veo obligada a pasar unas semanas. ¿Puedo caer
                       más bajo? Y ésta no es mi peor noticia. Todavía no te he dicho quién es mi
                       nuevo jefe. Ni más ni menos que la señorita Narizotas Malaliento Casey.
               ALEX: ¡No!
               ROSIE:  ¡Sí!   Ahora  soy   la  secretaria   de   la   mujer  a  la   que   más   odiamos   mientras
                       crecíamos, la mujer que hizo la vida imposible a mi hija mientras estuvo en el
                       colegio y que ahora es la directora de la Escuela Primaria San Patricio y mi
                       jefa. No alcanzo a comprender por qué me ha contratado la señorita Narizotas
                       Malaliento Casey, pero el caso es que lo ha hecho y mientras no encuentre otro
                       empleo en un hotel no me quejaré ni haré preguntas. Quizá simplemente
                       quiere fastidiarme la existencia durante mi vida adulta y hasta que sea una
                       anciana. Y hablando de ancianos, ella ya era vieja cuando yo tenía cinco años,
                       por el amor de Dios, y sigue siendo vieja. Esa mujer tiene nueve vidas.
                       Así   que   dime,  ¿qué   te   parece   el   panorama?   ¿Quieres   que   le   pase   algún
                       mensaje a tu maestra favorita?
               ROSIE: Alex, ¿estás ahí?
               ROSIE: ¿Alex?
               ALEX: Esto... perdona, pero en realidad Alex no está on-line.
               ROSIE: Ja, ja, ja. Muy bien, ¿pues por qué veo su nombre en mi pantalla y le estoy
                       escribiendo?
               ALEX:  No le estás escribiendo. Me he conectado usando el ordenador de su casa.
                       Supongo que  su nombre  aparece  automáticamente  en  el   tuyo.  Nunca  he
                       acabado de saber cómo funciona este chisme, es curioso. Perdona, no sabía
                       que le estabas buscando.
               ROSIE:  ¿¿Qué?? ¿¿¿Te crees que largo el rollo sobre mi vida privada a todos los
                       desconocidos de la red??? ¿Quién eres?
               ALEX: Bethany.
               ROSIE: ¿Bethany?
               ALEX: Bethany Williams. ¿Te acuerdas de mí?
               ROSIE: ¡¿Qué demonios haces en el ordenador personal de Alex?!
               ALEX: Ay, lo siento, ahora lo entiendo. Alex no te lo ha contado, ¿verdad? Pensaba que
                       vosotros dos os lo contabais todo. Pero descuida, ya le pasaré todos tus
                       mensajes. Son muy divertidos. Buena suerte con el nuevo empleo, Rosie.
                       Dejaré que sea Alex quien te explique todo esto. Por cierto, Alex ahora trabaja
                       con mi padre. Se gana muy bien la vida, las cosas le van bien. A lo mejor, si
                       estás tan apurada de dinero, podría prestarte algo.
                     ROSIE se ha desconectado.




















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