Page 336 - Luna de Plutón
P. 336
33
OTRO REENCUENTRO EN HAMÍL
Hoy se cumple un año de aquella vez y todavía me cuesta creer todo lo que
ocurrió. Pero lo recuerdo como si fuera ayer. Y sé que lo seguiré recordando siempre,
porque fueron los momentos más importantes de mi vida. Aun así, quiero registrarlo
aquí, porque como todos saben, nosotros los leones vivimos muchos años, incluso
siglos, y por eso no quiero perder detalle de nada. (Nota: debo decirle a Panék que
extraje esta «registradora de memorias» del Pegaso, aún no puedo creer que escriba y
guarde por sí misma todo lo que yo pienso ¡es increíble!). ¿Por dónde puedo
empezar? La verdad, no sé, y no se vería bien si no hago más que poner mis propias
divagaciones mentales. Así que lo mejor sería hacerlo desde el principio. Cuando los
elfos se enteraron del sacrificio que había hecho Claudia por todos nosotros, hubo
una enorme conmoción, sin embargo, el más afectado fue Panék. Al principio a mí
mismo me costó entenderlo, pues él nunca habló lo suficiente con Claudia. Sin
embargo, hoy es lo suficientemente claro. Creo que de algún modo, sintió que la
muerte de su esposa, de Marion, había quedado completamente saldada, por nadie
menos que la hija del hombre que él más odiaba. Metallus había perdido algo que
valoraba tanto como Panék valoró a su esposa. Ese fue el día en que el rey de los
ogros recibió una condena que ni Panék, ni tampoco los jueces de la Hermandad
Federal de Planetas Unidos podrían igualar. Hablando de la Hermandad Federal,
tardaron bastante en recuperarse. La gente de todas las razas aún tiembla ante la idea
de que estuvieron así de cerca de dar un golpe de Estado al Sistema Solar y creo que
los primeros aliviados son esos jueces tan arrogantes. Esto tal vez ocasionó que se
olvidaran de Metallus, y este quedara libre de cargos. Sin embargo, los ogros que una
vez al año vienen a vacacionar aquí a Titán, dicen que algo en él murió para siempre y
que nunca más ha vuelto a ser el mismo. Se nota cuando habla… Con los elfos como
aliados comerciales, las cosas mejoraron mucho en Iapetus, el hogar de los ogros, y
cielos, me siento alegre por eso. Tal vez como si ella me hubiese dejado algo de su
amor por su hogar. Al parecer, desarrollaron una especie de bacteria que es capaz de
comerse, en cierto grado, el veneno de su atmósfera, y la está restaurando (lentamente,
eso sí) a su estado original. Oh, y lo más paradójico de todo es donde y quién
desarrolló el antídoto… ¡Nada menos que científicos de Io, en un laboratorio
auspiciado por Empresas Cadamaren! Vaya, sorpresas te da la vida.