Page 334 - Luna de Plutón
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El león, destempladamente, apoyó sus patas sobre la ventana, observando a la
nave negra, que dejaban atrás.
—¡DETÉNGANSE! —rugió—. ¡DETÉNGANSE! ¡SE ESTÁN OLVIDANDO DE
CLAUDIA!
La niña observó un tablero amarillo, brillante, y leyó lo que decía, en letras
intermitentes.
=-= Energía auxiliar activándose en dos minutos =-=
Aquello solo quería decir una cosa: de nada servía todo lo que había hecho…
Hallyfax pronto volvería a tomar el control de la nave. Se dio media vuelta. La Sala de
Máquinas era demasiado inmensa, se alargaba a uno y a otro lado: le tomaría horas
dañarlo todo.
Caminó hacia delante, aproximándose a aquello en el fondo que le parecía
familiar, y que estaba colocado tras una de tantas vidrieras vacías, rodeada de luces
rojas, con varios letreros que rezaban la palabra ADVERTENCIA en idioma
plutoniano. Halló el contenedor de la última bomba nova que quedaba a bordo, y
frente a ella, una computadora mostraba, por medio de un gráfico, a la nave Pegaso,
alejándose a través de un sistema de órbitas transparentes que parecía ser un radar.
Presionó el botón de mando y, acto seguido, la computadora le pidió que fijara un
blanco entre el Pegaso y Titán. La niña obvió esto y activó el arma bélica, fijándola
para explotar en diez segundos.
El monitor frente a ella empezó la cuenta regresiva.
9… 8… 7…
Claudia se dio media vuelta, tomando sus dos manos entre sí, y viendo hacia
arriba, con los ojos húmedos. El Capitán de la Parca Imperial se levantó lentamente de
su silla y caminó hasta la gran computadora que emitía AQUEL molesto sonido de
alarma, y que mostraba una pantalla parpadeando en rojo, junto con el conteo
regresivo.
6… 5… 4…
Meinhardt Hallyfax, negando varias veces con la cabeza, sonrió de manera
enfermiza.
—No… Oh, no… No…