Page 56 - Osho - El Equilibrio Cuerpo Mente_Lucid
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Una buena disposición respecto a tu propio cuerpo ayuda
                   enormemente en la vida. Hace que estés más sano, más completo.
                   Mucha gente tiene su cuerpo olvidado; no sabe lo que es y piensa
                   que el cuerpo es algo que está oculto tras la ropa, algo que hay que
                   cubrir y no se debe mostrar; algo obsceno, impuro. Ideas absurdas,
                   ideas neuróticas.
                          El cuerpo es hermoso. El cuerpo como tal es bello; no importa
                   que sea joven o viejo. Por supuesto, la juventud tiene su propia
                   belleza y la vejes, la suya.
                          El cuerpo joven es más vital. El viejo, más sabio. Cada edad
                   tiene su propio encanto: no hay necesidad de comparar.
                   Particularmente en Occidente, el cuerpo viejo se ha llegado a
                   convertir en una experiencia pavorosa, porque la vida se asocia con
                   juventud, lo cual es una idea absurda. En Oriente es mejor. La vida
                   está más en sintonía con los viejos, porque un viejo ha vivido más,
                   tiene más experiencia, ha amado más; ha conocido muchas
                   situaciones de la vida, muchos altibajos. El viejo ha vivido la
                   juventud. Al joven todavía le queda vivir la vejez.
                          El cuerpo viejo lleva consigo todas las experiencias, las
                   cicatrices, las heridas, la gracia que acarrea haber madurado a
                   través de la experiencia. Una vez que comienzas a disfrutar de tu
                   cuerpo, a amarlo en cualquier etapa que esté, sientes de pronto que
                   es bello de nuevo y eso libera muchas cosas en su interior.


                                               Encerrado En Uno Mismo

                          Pregunta:


                          “A veces quisiera como meterme en un hoyo, especialmente
                   cuando tengo el período”.


                          Existen olas de energía. Algunas veces es marea alta y otras
                   es marea baja. Cuando estás en marea alta, es muy fácil
                   relacionarse, comunicarse, estar abierto, amar, recibir, dar. Cuando
                   estás en marea baja y la energía está descendiendo, es muy difícil
                   comunicarse, casi imposible. Pero ambas van y vienen: ambas
                   forman parte de la vida. No hay nada malo en ello, es natural; por
                   lo que debes aceptarlo. Cuando sientes que te llega el período de
                   marea baja, no trates de comunicarte. No intentes abrirte porque
                   semejante disposición no será auténtica. Se trata del tiempo de
                   siembra. Uno simplemente se cierra en sí mismo y permanece al
                   margen. Aprovecha el momento para meditar profundamente.
                   Resulta ser una ocasión de lo más fértil. Cuando estás en la marea
                   alta y la energía fluye y se incrementa, es el tiempo para amar.
                   Entonces relaciónate, ábrete, comparte. Es el tiempo de cosecha,
                   pero no puede ser todo el año. Dicen que incluso en el cielo los
                   ángeles no cantan todo el tiempo.
                          Cuando surja la ocasión de cantar, canta. Y cuando sientas
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