Page 96 - Osho - El Equilibrio Cuerpo Mente_Lucid
P. 96

materiales. ¡Pero también hay necesidades espirituales! El trabajo
                   es una necesidad para las materiales. El abandono es necesario
                   para las espirituales. Pero la mayor parte de la humanidad ha sido
                   alejada completamente de cualquier tipo de crecimiento espiritual.
                          Abandonarse abre uno de los espacios más bellos.
                   Simplemente existes, no haces nada, te sientas en silencio y ves
                   crecer la hierba. Disfrutas con sencillez el canto de los pájaros, del
                   verdor de los árboles, los colores multidimensionales y psicodélicos
                   de las flores. Tú no tienes que hacer nada para experimentar la
                   existencia; todo lo contrario. Debes estar en un estado de absoluta
                   despreocupación, sin tensiones, ni problemas.
                          En semejante estado de tranquilidad sintonizas la sintonía
                   absoluta de despreocupación, sin tensiones, ni problemas.
                          En semejante estado de tranquilidad sintonizas la sintonía que
                   te rodea. De pronto eres consciente de la belleza del sol. Hay
                   millones de personas que nunca han disfrutado de un atardecer, ni
                   de un amanecer. No se lo pueden permitir. Están continuamente
                   trabajando y produciendo; no para ellos mismos, sino para las
                   taimadas instituciones establecidas: aquéllos que ostentan el poder,
                   aquéllos que son capaces de manipular a los seres humanos.
                          Sin duda te inculcan que el trabajo es algo estupendo; les
                   conviene. La dependencia ha llegado a ser tan fuerte que incluso no
                   sabes por qué no puedes relajarte.
                          Hasta en los días de fiesta, la gente no deja de hacer cosas.
                   No puede disfrutar de un día libre descansando en la playa,
                   disfrutando del mar y de la brisa fresca. No, hará cualquier tontería.
                   Si no tiene nada que hacer se pondrá a arreglar la nevera –que
                   estaba funcionando perfectamente bien- o desbaratará el viejo reloj
                   del abuelo, que llevaba siglos funcionando; se pone a intentar
                   mejorar todo. Pero el caso es que es incapaz de sentarse en
                   silencio; ése es el problema. Tiene que hacer algo, ir a algún lugar.
                          Cada día festivo la gente se marcha a los spas, a las playas,
                   pero no para descansar –no tiene tiempo para hacerlo-, sino porque
                   millones de personas van también. Los festivos son los mejores días
                   para permanecer en casa porque todo el mundo está en los lugares
                   de ocio. Odiosas caravanas en las carreteras… para llegar a la playa
                   y encontrarla atestada de gente; no hay manera de encontrar un
                   espacio en la arena. He visto fotos de playas. Hasta el mar se debe
                   estar riendo de la tontería de esa gente.
                          Se recostará sobre la arena unos minutos, después querrá
                   tomar helado y beber Coca-Cola. Se han llevado su televisor portátil
                   o está escuchando su radio. Al final, la misma operación, el mismo
                   sufrimiento en la caravana de regreso a casa.
                          En los días festivos ocurren en el mundo más accidentes que
                   cualquier otro día: se mata más gente, hay más accidentes de
                   tráfico. ¡Qué raro! Y durante cinco días de la semana –los días
                   laborales- la gente espera con ansia el día de fiesta. Y durante los
                   días que son el fin de semana, lo que de verdad está esperando es
   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   101