Page 93 - Osho - El Equilibrio Cuerpo Mente_Lucid
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agresivo.
                          Si pudieras ser violento y agresivo se podría descargar la
                   energía. Pero no llegas a serlo; no es conveniente y por eso la
                   reprimes. ¿Entonces qué les pasará a todos esos músculos que
                   estaban listos para la agresividad? Se quedarán paralizaos. La
                   energía los empuja a que sean agresivos, pero tú los detienes para
                   que no lo sean. Surgirá un desacuerdo. En tus músculos, en tu
                   sangre, en las fibras de tu cuerpo, habrá una reacción. Están
                   dispuesto a expresar algo y tú los estás convenciendo de que no lo
                   hagan. Los estás reprimiendo. Entonces tu cuerpo se paraliza.
                          Esto sucede con cada sentimiento. Ocurre durante años, día
                   tras día. Luego tu cuerpo se queda todo paralizado. Todos los
                   nervios se quedan paralizados. No están fluyendo, no están vivos.
                   Se han quedado inertes, emponzoñados. De algún modo quedan
                   confundidos. No se encuentran en un estado natural.
                          Observa a cualquier animal y mira la gracia de su cuerpo. ¿
                   Qué le ocurre al cuerpo humano? ¿Por qué no resulta tan grácil? ¿
                   Qué le ha pasado? Pues que tú le has hecho algo: lo has
                   confundido, y se ha perdido la espontaneidad natural de su flujo.
                   Está anquilosado. En cada parte de tu cuerpo se aloja un veneno.
                   En cada músculo de él existe ira reprimida, sexualidad reprimida,
                   codicia reprimida; todo: celos reprimidos, odio. Todo se encuentra
                   escondido. Tu cuerpo está realmente enfermo.
                          Una vez que empieces a meditar, se liberarán todos estos
                   venenos. La parte del cuerpo que haya quedado endurecida tendrá
                   que derretirse, se volverá de nuevo líquida. Supone un gran
                   esfuerzo. Tras cuarenta años viviendo de manera errónea, de
                   repente ocurre que con la meditación todo el cuerpo recibe una
                   sacudida. Te sentirás dolorido en todas partes; es algo benéfico y
                   debes darle la bienvenida. Permite que el cuerpo fluya de nuevo. Se
                   sentirá grácil e infantil de nuevo, recuperará su vitalidad. Pero antes
                   de que ésta llegue, las partes inertes deben enderezarse, y puede
                   resultar un poco doloroso.
                          Los psicólogos dicen que hemos creado una armadura
                   alrededor de nuestro cuerpo; la armadura es el problema. Si se te
                   permitiera una expresión total cuando sientes ira, ¿qué harías?
                   Cuando sientes ira, empiezas a apretar los dientes; quieres hacer
                   algo con las uñas y con las manos, porque es lo que te dicta tu
                   instinto animal. Quieres hacer algo con las manos, destrozar algo.
                          Si no haces nada, los dedos se te quedarán paralizados;
                   perderán su movilidad, su belleza. No serán unos miembros vivos.
                   Quedarán emponzoñados. Cuando le das la mano a alguien, no hay
                   realmente contacto, falta vida, porque tus manos están muertas.
                          Puedes verificar lo que digo. Toca la mano de un niño
                   pequeño; verás una diferencia sutil. Cuando el niño te toma de la
                   mano de verdad… si no está dispuesto a entregarse, retirará la
                   mano. No te ofrecerá la mano muerta, preferirá retirarla. Pero si
                   quiere darte la mano, sentirás entonces como si su mano se
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