Page 5 - CUADERNODE BITÁCORA _Neat
P. 5

El ocaso de un sueño








                                                                 Marc Batalla Figuerola











                      Lunes, 17 de noviembre de 1718





                      No me lo puedo creer, hoy por fin he cumplido mi sueño de ser pirata. Me he presentado


                      voluntario para ser grumete de la tripulación del mismísimo Barbanegra, el mejor pirata de

                      todos los tiempos. Al parecer escasean de tripulantes debido a que unos desgraciados les


                      atacaron, pero no tuvieron oportunidad alguna contra el gran Barbanegra.

                      Me ha asignado la importantísima tarea de cuidar el barco limpiándolo cada día. Por alguna


                      razón, mis compañeros se ríen de mí, pero no me importa, acabarán apreciándome.





                      Al  poco  tiempo  de  mostrarme  mis  tarea  zarpamos  en  busca  de  aventuras.  Estaba  tan

                      emocionado  que  todo  mi  cuerpo  temblaba  de  emoción  y,  de  repente,  se  oyeron  unos


                      cañones disparando. Unos malditos maleantes nos atacaron, pero mi grandioso capitán nos

                      guió en la batalla, me dieron una espada y me enviaron a luchar junto a mis camaradas.





                      Por  suerte  pude  sobrevivir,  pero  me  sigue  sorprendiendo  que  nuestro  barco  esté  intacto,

                      aunque Barbanegra me dijo que es debido a que el barco es muy resistente. ¡Increíble, no


                      sólo el capitán, también el barco es invencible! En cuanto a los maleantes, el capitán, con gran

                      generosidad, los dejó en el mar junto a lo que parecían aletas de delfines.











                      Martes, 18 de noviembre de 1718




                      Hoy  hemos  llegado  a  una  isla.  Los  nativos,  muy  amablemente,  nos  han  dicho  que  hay  un


                      tesoro. Eran tan amables que lloraban sin parar de alegría, creo. Mi gran capitán, interesado


                      por el tesoro, hizo dos grupos: uno para explorar la isla y otro para proteger a los nativos.

                      Pero por alguna razón me dejó en el barco, seguramente se preocupaba por mí.





                      Cuando acabé de limpiar el barco, muerto de ganas de vivir aventuras, decidí explorar la isla.

                      No estoy muy orgulloso de esto, pero, me perdí. Empecé a caminar en línea recta, pero sólo


                      conseguí perderme más. Cuando pensé que todo estaba perdido, vi un humo elevarse. Eran

                      mis camaradas que estaban celebrando, junto a los nativos, alguna cosa, aunque no sé el qué.


                      Pero me sorprendió que cuando seguía el humo para llegar al pueblo, todas las casas estaban

                      quemándose.





                      Al principio me alarmé mucho, sobretodo porque no había ningún nativo en el pueblo. Pero


                      mis compañeros me calmaron diciéndome que así es como los nativos celebran que llegue

                      gente a su isla. También me dijeron que los nativos justo se habían ido y que nos dejaron


                      todas  sus  pertenencias.  Una  vez  de  noche,  mi  gran  capitán  me  pegó  por  no  seguir  sus

                      órdenes. Esa noche me dormí entre lágrimas, pero no sé por qué.








                                                                                                                                                                                             5
   1   2   3   4   5   6   7   8   9   10