Page 9 - CUADERNODE BITÁCORA _Neat
P. 9
¡¡Ah, sí !! Hoy al fin hemos visto peces de tamaño terciado, presumiblemente tiburones. Para
comprobarlo hemos lanzado un par de piezas de carne y efectivamente, al rato aparecieron
tres escuálidos, creemos que tintoreras, que dieron buena cuenta de esas viandas.
Definitivamente no me gustaría caer al océano o que me lanzaran por traidor o enemigo.
Día 3
Primero de mayo. Nos encontramos en “as terras galegas “ como diría Xuso, que Dios lo tenga
en su gloria. Pobre hombre. Pero en el fondo, él nos observa desde lo alto, viendo cómo nos
lanzamos al mar de nuevo, sin miedo a lo desconocido, solo esperando que esta vez la
fortuna nos sonría.
Xuso, si finalmente encontramos ese tesoro, que no te quepa la menor duda, que parte irá
para tu mujer y tus hijos: te doy mi palabra.
Hemos divisado varios navíos, todos con banderas española, lusa o británica. Demos gracias
de que tenemos una bandera española con la que camuflarnos, de lo contrario, ya nos
habrían intentado hundir.
Casi todos seguimos igual que la última vez, pero Miguel se encuentra algo débil. Esta mañana
le he examinado. Cierto es que denota palidez en su habitual tez morena y tostada por el sol.
Le he ofrecido parte de mi comida y le he pedido a Marta que si podría hacer lentejas o algo
que contenga hierro. Todos debemos estar fuertes y avispados. La unión hace la fuerza, pero
la unión fuerte hace más fuerzas.
Yo, por mi parte, he conseguido determinar que definitivamente, los limones y naranjas que
pedí cargar, ayudan a prevenir el escorbuto. Desconozco qué contienen, pero a las pruebas
me remito. Ninguno de nosotros ha tenido mal de encías o ha palidecido salvo el joven hijo de
Tomás. Es normal. Está creciendo pero no se alimenta todo lo bien que debería. Debe comer
más.
Según Zacarías, para el próximo día que escriba nos encontraremos ya a la altura de tierras
francas, e incluso a alturas de las Islas Británicas, tan lejanas hace casi un mes. Ojalá
consigamos ese codiciado tesoro.
Día 4
Yo, José, pongo a Dios todopoderoso por testigo que la carnicería que hemos llevado a cabo
ha sido necesaria. O nosotros o ellos. También pongo al altísimo por testigo que pienso hacer
todo lo posible para salvar a Miguel y a María. ¿Quién diablos les mandaría estar en cubierta
cuando divisamos ese navío pirata?
Suerte que no es la primera vez que hacemos retumbar las piezas que llamamos cañones.
Eso, y que la mayoría tenemos experiencia en combate. Sobre todo Ahmed. Como dice él, Alá
le dió algo más que simple bravura. Baraka le llama él. Es como una especie de suerte
providencial, como una gracia divina. Maldita sea, razón tiene. Hemos tenido suerte de que
eran pésimos combatientes. ¡¡ Malditos desgraciados !!
9