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276 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               fama. Esa fue Su Segunda Etapa.
                   272  Yo me hago la pregunta, ¿se habrá repetido en tipo otra vez? Piénsenlo por un momento.
               ¿Será posible? En la Primera, sanó a todos. En la Segunda: “Oh, podría ser de los de Solo
               Jesús, podría ser Beelzebú, podría ser…”. Es lo mismo que ellos hicieron allá. ¿Ven? Los
               mismos espíritus viviendo en la misma clase de gente; gente condenada que nunca podrá ser
               salva, porque ya desde antes fue condenada; ellos, igual que Judas Iscariote, habiendo nacido
               el hijo de perdición.
                   Usted dice: “¿Judas?”. Seguro.
                   273  Recuerden, él era muy religioso, pero no pudo llegar hasta el final con el Mensaje. Él
               podía aceptar una parte, pero la otra parte no la toleraba. Ellos pueden aceptar la sanidad y
               semejantes cosas, pero cuando se trata de Dios hablando ardillas a existencia, entonces eso es
               demasiado profundo para ellos. “¡Eso no puede ser!”. Ese fue Judas. Su espíritu puede vivir
               hasta ese punto. Pero él ya no puede continuar más adelante. ¿Ven?
                   274  Muy bien, podían aceptar a Moisés cuando les abrió el Mar Rojo, y esas cosas así, mas
               cuando se trató de decirles que no podían, que los demás no podían hacer esto y aquello, o
               lo otro: “Pero es que él se hace dios sobre nosotros”. ¿Ven? Ellos ya no pudieron soportar
               eso, Coré y los demás. Entonces tenían necesidad de una organización, por lo tanto, Dios
               sencillamente se los tragó.
                   275  En el ministerio de Jesús, cuando sanaba a los enfermos, Él era maravilloso: “¡Ese
               profeta joven de Galilea! Pues, Él hace que los ciegos vean. Él aun ha resucitado a muertos,
               tenemos tres casos. Él realmente resucitó a los muertos”.
                   276  Pero un día se dio la media vuelta, Él dijo: “¡Generación de víboras! Limpian lo externo.
               Aparentan ser santos, pero por dentro no son más que serpientes”.  ¡Oh, cuando salió esa
               profecía, condenando esa organización, entonces la cosa cambió! Ellos se volvieron en contra
               de Él. Correcto. Y finalmente, al haberlo rechazado, ellos le crucificaron.
                   277  Pero no se puede matar el ministerio, eso continúa. Pueden poner a dormir al mensajero,
               pero no el Mensaje. Correcto. Él siguió viviendo. Y noten cuando vino el Tercer Jalón de Su
               ministerio. El Primero fue sanar los enfermos.
                   278  El Segundo fue reprendiendo las organizaciones y profetizando; lo que ellos habían
               hecho, lo que eran, y lo que estaba por venir. Lo que es, lo que vendría; lo que fue, lo que es,
               y lo que vendrá. Eso es lo que Él hizo. ¿Correcto? [La congregación dice: “Amén”].
                   279  Pero Su Tercera Etapa fue cuando predicó a los perdidos, que jamás podían ser salvos.
               Estaban allá  donde también  están aquellas  con los ojos todos pintados. “¡Uh-uhh!”. Les
               predicó a las almas en el infierno, que no aceptaron la misericordia, pero estaban eternamente
               separadas de la presencia de Dios. Sin embargo, tuvieron que reconocer lo que Él era, porque
               Dios le hizo a Él allí.
                   280  Yo me pregunto si Su ministerio termina igualmente en los últimos días, como fue
               allá: “Como el Padre me ha enviado a Mí, así os envío Yo a vosotros. Las obras que Yo hago,
               también vosotros las haréis”.
                   281  Perdidos, y jamás podrían ser salvos. Ellos habían rechazado la misericordia. Esa fue Su
               Tercera Etapa.
                   282  Ahora, ¿habrá alguna pregunta? En Su Primer Etapa Él sanó a los enfermos. ¿Correcto?
               [La congregación dice: “Amén”]. En Su Segundo Ministerio estuvo profetizando; Su Tercer
               Ministerio  fue predicarle a los eternamente  perdidos. Las tres montañas,  y demás;  ¡a los
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