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274 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en obediencia (como dice la ley)”.
               ¿Ven? Y ella no puede hacerlo. Sin embargo, ellos la colocan como gobernante de la tierra,
               alcaldesa, gobernadora; pronto será presidente. Seguro. Ahí lo tienen. Así es, así va la cosa,
               ¿ven? Y la gente lo está haciendo porque no les importa esta Palabra, ellos nunca la verán.
                   (…)  231  Sé que algún día eso me va a costar la vida. Así es. Lo va a hacer, pero aquí se está
               haciendo conocer la Verdad. Uh-huh.
                                    El primero en morir por este plan del Espíritu Santo
                              Fue Juan el Bautista, pero no lo evadió; murió como un hombre;
                                        Luego vino el Señor Jesús, y lo crucificaron,
                         Él predicó que el Espíritu salvaría al hombre del pecado. (¿Es eso cierto?)
                                  Luego apedrearon a Esteban, predicó contra el pecado,
                                    Les hizo enfadar tanto que le aplastaron la cabeza;
                                       Pero murió en el Espíritu, entregó el espíritu,
                                   Y fue a reunirse con los otros, esa hueste que da vida.
                                         Ahí están Pedro y Pablo, y Juan el divino,
                                Entregaron sus vidas para que el Evangelio pudiera brillar;
                             (¿Qué hicieron?) Mezclaron su sangre, con los profetas de antaño,
                            Para que la verdadera Palabra de Dios fuera contada honestamente.
                                   Las almas bajo el altar, clamaban: “¿Hasta cuándo?”.
                                 Para que el Señor castigue a todos los que han hecho mal;
                                 Pero habrá más que darán la sangre de su vida (sí, así es)
                                Por este Evangelio del Espíritu Santo y su torrente carmesí.
                   232  ¡Sigue derramando sangre! Sí, algún día lo hará, pero estoy esperando esa hora cuando
               haya terminado.
                   233  Una hermana tuvo un sueño hace poco. Ella me lo envió, decía: “Los vi”: esa iglesia
               preparando una manera para asesinarme, secretamente, en algún momento cuando me esté
               bajando de mi auto, entrando, me dispararán de… Pero dijo: “Entonces el Espíritu dijo: ‘No en
               este tiempo, sino que será más adelante’”.
                   234  Jamás permita Dios que yo me comprometa en cualquier cosa. Yo no conozco nada sino
               a Jesucristo y a Él crucificado. Estamos viviendo en un día horrible. El pecado ha causado esto,
               sí. Ellos apedrearon a Esteban. Hicieron que le cortaran la cabeza a Juan —ella lo hizo—. No
               sé cómo entregaremos nosotros la nuestra, pero sucederá algún día.
                   (…)  238  Acuérdense de Hebreos, capítulo 6: “Aquellos que una vez conocieron la Verdad
               y luego rehusaron caminar en ella, no hay más arrepentimiento para ellos”. ¿Ven ustedes? Un
               creyente fronterizo. Cuando la Verdad es presentada a una persona por última vez, y rehúsan
               recibirla, de acuerdo al libro de Hebreos (¿ven?) ellos… no queda nada en lo absoluto que
               pueda salvarlos.
                   239  Ellos quedan condenados. No hay arrepentimiento, no hay redención, no queda nada para
               ellos; quedan eternamente separados. Así dice la Biblia: “Una horrenda expectación de juicio
               y de hervor de fuego, que ha de devorar al adversario”. Y cuando la Verdad del Evangelio ha
               sido probada, completamente vindicada…; y luego que le den la espalda quedan condenados,
               es todo. Eso es horrible, pero tengo que decirlo.
                   240  Recuerden, los Ángeles que no guardaron su estado original, pero quedaron allí en
               esa cárcel  en tinieblas,  en la que el mundo camina  hoy; y en esa misma prisión no hay
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