Page 281 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
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La Tercera eTapa   275

               arrepentimiento.
                   241  ¿Se acuerdan hace algunos años que dije, al regresar de Chicago: “América, o lo recibirá
               en este año, o jamás lo recibirá”? ¿Ven hasta dónde ha llegado? Seguro.
                   242  Ahora, me pregunto si pudiera ser el Tercer Jalón. ¡Oh Dios, que no sea así! ¿Será para
               eso el Tercer Jalón? ¿Podría ser? ¡Oh vaya! Piensen en eso, amigos. Piénsenlo; a mí no me
               gusta.
                   (…)  258  Y ustedes ahora dicen: “Oh, si hubiéramos vivido en los días de San Pablo; yo
               hubiera apoyado a San Pablo”.
                   259  ¡Hipócritas! ¿Por qué no apoyan a su doctrina? Ustedes hubieran hecho allá lo mismo que
               están haciendo hoy; porque ustedes son los hijos de sus padres, sus padres organizacionales:
               fariseos, saduceos y santurrones. Así–así es. Sí. Les digo, y–y la hora en que vivimos, me
               pregunto: ¿Podría este ser el Tercer Jalón? Esperen un momento, vean, Jesús dijo: “Estos
               recibirán mayor juicio”. ¿No es terrible?
                   260  Como un gran americano, en una ocasión, cuando el enemigo estaba por apoderarse de
               este país, había un hombre a la medianoche que saltó sobre un caballo y cabalgó por la calle,
               gritando: “¡El enemigo viene!”. Fue Paul Revere.
                   261  Yo también soy un americano, y estoy cabalgando en esta hora de la medianoche, no
               gritando que viene el enemigo, sino ¡ya está aquí! ¡No es que viene, ya está aquí! Y ya ha
               conquistado. Temo que esto ya haya terminado; habiéndonos conquistado, a esta hora de la
               medianoche.
                   262  ¿Recuerdan en Tucson los siete ángeles, lo que era el mensaje: “La consumación del
               misterio de Dios”? Inmediatamente después de eso, viniendo por la cordillera…
                   263   Todos  escucharon  acerca  de  las  montañas.  Noten.  El  hermano  Fred  tomó  algunas
               fotografías de eso, el hermano Tom y yo tenemos algunas fotos, creo que unas películas; las
               mostraremos aquí algún día, y les mostraremos dónde fue. Todos conocen la historia.
                   264  Observen los tres picos. Él dijo: “Allí está tu Primero, Segundo y Tercero”.
                   265  Y el hermano Fred tiene una fotografía muy sobresaliente de eso, cuando él y la hermana
               Marta venían pasando. La neblina había subido de la humedad del suelo, y escondió todas las
               demás, y sólo se veían los tres jalones; uno aquí, uno aquí, y uno allí. ¿Ven? ¡Los siete!
                   266  Observen los primeros tres; tres es perfección. Eso fue cuando el ministerio comenzó.
                   267  El Segundo Jalón fue el discernimiento de espíritus, la profecía. Primero fue la sanidad
               de los enfermos. El segundo fue la profecía que salió, que conocería los pensamientos secretos,
               cuando la Palabra misma se manifestaba; lo cual, eso es gracia.
                   268  Pero recuerden, el séptimo es el final. ¿Podría este ser el Jalón concluyente, que todo
               haya concluido? ¿Podría ser? ¡Piénsenlo! Piensen en eso. ¿En dónde se encuentran? ¿Ven? El
               siete siempre es el final. ¡Tres Etapas!
                   269  El ministerio de Jesús consistió de Tres Etapas, ¿lo sabían ustedes? ¡Noten! Y sean
               sinceros, si alguna vez lo fueron en sus vidas, por un momento, algunos momentos.
                   270  Su Primera Etapa fue sanando a los enfermos. Él llegó a ser un hombre muy famoso.
               Todos le creían, así parecía. ¿Es la verdad? Cuando Él salió por allí, sanando a los enfermos,
               todos lo querían tener en su iglesia.
                   271  Pero un día Él se dio la media vuelta, y comenzó a profetizar, por cuanto Él era la
               Palabra, y Él era el profeta del cual habló Moisés. Y cuando Él les comenzó a hablar, y a
               decirles de cómo estaban viviendo, y las cosas que estaban haciendo, entonces se le fue toda la
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