Page 66 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
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60 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia
algo de comida, comenzaron a salir. Les dije: “No lo hagan. No lo hagan”.
294 Tenía dos momentos culminantes a los que quería llegar, a los que quería llegar en mi
sermón. Y el Señor me lo había dado. Y (cualquier predicador sabe) cuando uno realmente
sabe que Dios se lo ha dado, uno solo arde para decírselo a la gente.
295 Y yo estaba predicando, Charlie, tan fuerte como podía predicar, sólo exponiendo,
ya saben, y diciendo: “Todas estas grandes cosas, esto es lo que Dios está haciendo. Miren
esto. Él discierne los pensamientos del corazón. ¿Qué es? La Palabra”. Y así. Y, oh, desearía
poder recordar lo que decía y cuál era mi texto. No puedo recordarlo. ¿Ven? Pero sólo estaba
predicando.
296 Y me estaba viendo a mí mismo haciéndolo. Y entonces cuando yo estaba parado allí,
mirando, y viéndome a mí mismo predicarlo…
297 Y yo sólo estaba predicando, a “quien no lo quiere”. Y después de un rato, me levanté,
ya saben, y pensé: “¡Gloria a Dios!”. Dije: “¡Miren estas cosas maravillosas, y esto, aquello!”.
298 Directamente, noté que la gente empezó a tener como hambre física. Y como ya tenían
suficiente de lo espiritual, empezaron a alejarse. Y algunos de ellos… [El hermano Branham
bosteza –Ed.] Comenzaron a alejarse. Yo pensé: “¿Qué pasa con todos?”.
299 Y miré, y había unas parejas jóvenes que pasaban a mi lado. Yo pensé… yo dije:
“¡Sólo un minuto, amigos! ¡Sólo un minuto! Cuando caigan las sombras del atardecer, ustedes
regresarán”. ¿Ven? Dije: “Regresarán de nuevo. Pero permítanme darles este primer momento
culminante. ¿De dónde vienen todas estas cosas que les he mostrado? ¿De dónde vienen?”.
Dije: “Aquí están. Están en la Palabra de Dios. Son ASÍ DICE EL SEÑOR, Su promesa. Porque
(dije) todos ustedes son testigos de esto, de que mi comisión es: ‘Quédate con la Palabra’”. Yo
dije: “¿Cuál es el problema con todos ustedes? ¿No pueden entender la Palabra? Tienen que
entenderla”.
300 Y algunos de ellos dijeron: “Hombre, me gustaría comer algunos panecillos”, y así como
eso.
301 Bueno, yo sólo pensé: “¡Bueno, gloria a Dios! Si quieren panecillos, que vayan a
buscarlos”.
302 Así que me di la vuelta. Pensé: “Oh, pero, ¿sabes qué? Las sombras van a caer después
de un tiempo, enseguida”. Yo dije: “Entonces esta noche, cuando esa congregación se reúna de
nuevo, yo presentaré el momento culminante a ellos, y les diré que las cosas que ellos me han
visto hacer se encuentran en la Palabra de Dios, no en algún libro mítico o alguna organización.
Se encuentran en la Palabra. ¿Ven? Cada parte de eso, en la Palabra, porque estoy comisionado
a Eso”.
303 Pensé: “¿Sabes? Ellos, cada uno, estará de vuelta esta noche, así que esto es lo que haré.
Haré un trasfondo, una especie de trasfondo”. Ya saben la forma en que lo hago en estas Edades
de la Iglesia y otras cosas, decir lo que dije antes. “Lo pondré de trasfondo, en la Palabra, y
luego este gran y maravilloso momento culminante”. Dije: “¡Qué tiempo será! ¡Alabado sea
Dios!”. Y me vi a mí mismo poniéndome muy pequeño, y escuché eso: “Alabado sea Dios”.
Me vi desvaneciéndome así. Y aquí estaba yo, parado ahí.
304 Ahora, aquí está la interpretación de eso. ¿Ven? La primera cosa que he hecho, las cosas
que se han hecho, han sido místicas para la gente, la mayoría de ellas. No quiero decir el
Evangelio Completo y los santos de Dios, pero, quiero decir, en la mayoría de la gente.
(…) 309 Y este primer Mensaje, cuando lo veían, todos se unían a él, decían: “¡Oh, gloria a