Page 61 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
P. 61
La Segunda Venida de CriSto 55
algún lugar en el desierto para ungirme, para enviarme como ‘el prometido’ que ha de venir.
64
(…) Yo creo que el Señor me ha usado en pequeñas cosas especiales para ayudar, quizás,
a poner un fundamento para un profeta que vendrá. Pero un profeta no actúa de la forma que
yo actúo; ahora, ustedes saben eso. Un profeta no es un evangelista, y un evangelista no es un
profeta; un pastor no es un evangelista, y un evangelista no es un pastor; pero Dios ha puesto
en la Iglesia, primero apóstoles, luego profetas, luego maestros, luego pastores y etcétera. Dios
los puso en la Iglesia y Dios les dio un oficio.
65 Pero la mañana cuando yo puse aquella piedra angular, porque (ahora, si usted es espiritual
lo captará) – a causa del clamor del pueblo… Si pudieran abrir aquello o tomar el libro y leerlo,
dice: “Haz la obra de un evangelista”. No me llamó a ser un evangelista, pero dijo: “Haz la
obra de evangelista, porque el tiempo vendrá cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que se
juntarán maestros teniendo comezón de oír y se tornarán de la Verdad a las fábulas”. ¿Ven?
Citó aquella Escritura y me dijo dónde hallarla; lo dijo tres veces. Y yo tomé la Biblia y me
fui a donde Él me dijo, y ahí estaba. Y como ustedes saben acerca de las dos cubetas de la
Unidad Pentecostal y la Asamblea Pentecostal, yo nunca las crucé. Planté sus propios árboles
justo donde estaban, porque yo creo que ambos están errados. Pero aparte de eso, yo estaba
en - junto a la cruz, en la cosecha.
67
(…) Y pensamos acerca de la Venida del Señor que es una – una cosa tan grande, y el
Mensaje lo poco que ha corrido; recuerden, hay un grupo predestinado para estar aquí cuando
el Señor regrese, y podrían ser no más de una docena. ¿Ven? No lo sabemos, podrían ser cien
millones; podrían ser diez mil. Pero si… Los predestinados oirán el Mensaje y lo creerán, si es
el Mensaje enviado por Dios, lo cual creemos que es.
(…) [68] Si Dios me llamó (ahora escuchen, esto no debe ser repetido), si Él me llamó para ser
Su profeta, entonces ciertamente no estoy ejerciendo ese oficio. Los profetas no evangelizan.
Un profeta se oculta en el desierto, solo con Dios, hasta que él recibe exacta y directamente lo
que Dios quiere que él haga; y él sale y da su Mensaje, y vuelve de nuevo al desierto. Él no es
un evangelista, teniendo reuniones y recibiendo cooperaciones y todas estas cosas que hacen
los evangelistas. Él no enseña como los evangelistas. Él tiene ASÍ DICE EL SEÑOR, y así es y
eso es todo. Él lo da, lo arroja, y deja que las astillas caigan donde sea, y luego se va otra vez.
Nadie sabe dónde él está, y él está aislado en alguna parte.
70
(…) Ahora, según he hecho el trabajo de evangelista (y aquí está mi súplica), si eso le
agrada a Dios y he hecho el trabajo bien, confiando que le he agradado a Él, pidiendo perdón
por todos mis errores, entonces Él puede estar llamándome del campo del evangelismo para
ser Su profeta. Entonces si así es, dejaré el evangelismo. Pero si Él me llama a ser un profeta,
yo no puedo ser un evangelista. Si voy a ser un evangelista, no puedo ser un profeta. Estoy
mezclando los dos oficios; eso es lo que siempre me ha inquietado. Parado en la plataforma…
Nunca ha sido bueno, próspero. Dios lo ha usado, pero yo nunca he pensado que fuera Su
voluntad directa; ha sido Su voluntad permisiva. Parado en la plataforma, una visión o dos casi
lo deja a uno sin sentido. ¿Ven? Y entonces si uno le dice a esta persona cómo enderezarse y
qué hacer; y entonces la siguiente persona que se para ahí, él está esperando la misma cosa, y
uno no puede decírselo a menos que Algo le diga a uno que se lo diga. Y entonces la otra gente
siente como que uno es un traidor y un fracasado – o un – un demonio o alguna cosa porque
uno no les dice a ellos lo que ellos quieren saber. ¿Ven?, ese no es el oficio – la manera en que
un profeta obra.