Page 63 - ESPERANZA PARA UN MUNDO EN CRISIS
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El día después                    59


                      Los discípulos  de Jesús fueron fieles en medio de circunstancias
                   extraordinariamente desafiantes. Estaban llenos de una paz interior
                   “que supera todo lo que podemos entender” (Filipenses 4:7). Se aferra-
                   ron a la Palabra de Cristo. Creían en la promesa de Jesús: “¡Volveré!”
                   El mensaje de los ángeles durante la ascensión de Cristo se hizo eco
                   en sus oídos. “Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue
                   llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista. Ellos se
                   quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repen-
                   te, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
                   ‘Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que
                   ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma
                   manera que lo han visto irse’ ” (Hechos 1:9-11).
                      No pierdas de vista el hecho de que, en esa ocasión, los ángeles,
                   los mensajeros de Dios, confirmaron la promesa de Cristo y testifica-
                   ron que se cumplirá literalmente: “Este mismo Jesús” no era un espí-
                   ritu fantasmal, sino que tenía “carne” y “huesos”, para usar las propias
                   palabras de Jesús (S. Lucas 24:39). Él “vendrá otra vez de la misma
                   manera que lo han visto irse” al cielo. La ascensión de Jesús fue un
                   evento real y literal. Su regreso, una vez más, será un acontecimiento
                   absolutamente real y literal. Pronto vendrá para llevarnos a casa.
                      Cada desafío que enfrentas y cada dificultad que experimentas
                   pronto terminará. Aférrate a la promesa del pronto regreso de Jesús,
                   deja que tu corazón se eleve con esperanza y que la paz inunde tu
                   alma. La Biblia revela que hay esperanza para el mañana. Tenemos
                   una tremenda esperanza que vibra en nuestro ser: la esperanza del re-
                   greso de nuestro Señor. Y esa esperanza es suficiente para ayudarnos
                   a superar todos los desafíos de la vida.
                      “Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo
                   del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pue-
                   blos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo
                   con poder y gran gloria. Enviará a sus ángeles con un potente toque de
                   trompeta y reunirán a los elegidos de todas partes del mundo, desde
                   los extremos más lejanos de la tierra y del cielo” (S. Mateo 24:30, 31).
                      La Biblia siempre señala hacia un mañana mejor. Y anuncia la pro-
                   mesa de que un día Jesucristo regresará. El mal será destruido. La jus-
                   ticia reinará para siempre. El pecado, la enfermedad y el sufrimiento ya
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