Page 13 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González
Esta “pelea” entre Emma y yo, era porque yo quería nacer de pie y Emma debía, con
su experiencia y profesionalismo, hacerme nacer de cabeza para, lógicamente, no ir
a “desgarrar a mi mamá. Por fin, gracias a la voluntad de Dios, a la pericia de Emma y
a que dejaron entrar a mi papá para que ayudara (cosa que Emma no quería, pero yo
si quería), a las 6:45 de la mañana del 5 de febrero, vi la luz, nací, y como dijo Emma:
“Si esto no respira y llora después de las palmadas, es un tumor”, porque aquí entre
nos, yo era muy feo... Oyó...? ¡Y digo era, porque afortunadamente me paso...!, ¿No
cree...?, Mire fotos y se convencerá.
¿Que porque mi nacimiento fue así?, Con mucho gusto se lo cuento, pero con una
cerveza poker litro o un granizado de néctar verde...Ahh...! Que ricooo...!. Después de
la pausa, continuemos...
Emma fue una gran amiga de mi mami, físicamente muy parecida (para mi), a
la cantante española Lola Flores (madre); desafortunadamente ya falleció, no pude
asistir a su entierro, pero aun recuerdo cuando nos visitaba en la casa del barrio
Simón Bolívar y tomábamos onces con mi mami, a ambas les encantaba disfrutar del
chocolate santafereño, el autentico (como ambas eran “rolas”, no se podían engañar),
había que brindárselo así: con almojábanas, queso y colaciones (galleticas pequeñas),
ademas de arreglo de mesa. Mi mami siempre me decía: “A Emma recuérdela y trátela
como a su segunda mamá, ya que ella, con la mano de Dios, le salvo la vida y lo ayudo
a venir al mundo.
Bueno, continuemos. Yo les anticipe que mi
vida esta llena de historias, por eso, aparece
después, en el mismo barrio Egipto, calle 11
# 1 - 06 Este, un señor alto, muy alto, de
cabello blanco, con una sonrisa muy amable
y de manos grandes, era el doctor Eustacio
de Mendoza. Su consultorio lo tenia en la ca-
lle 12 con carrera 4a o 5a, no recuerdo bien
(consideren que yo tenia meses de edad), mi
mami le tenia mucha fe, le consultaba res-
pecto a mi salud y a mi comportamiento a
toda hora, como nos quedaba tan cerca y era
“baratero”, ella me arreglaba y “eche” para
donde el doctor Mendoza, el era mi pediatra
de cabecera. Me atendió desde los primeros
meses de nacido o de pronto, sin exagerar,
desde los primeros días, ¿Y porque me acuer-
do tanto...?
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