Page 188 - Biografia
P. 188

Yo Beto: Una Historia Chévere para contar




                                            QUE PASO CON MI


                                                        HERENCIA





               Ya había pasado lo más duro, pensé yo (ver capitulo “Porque no se vendía la casa”),
            lo más terrible, me dedique a enterrar los recuerdos de la burbuja en la que había vivi-
            do. Mi decisión era comenzar de nuevo, mirando y organizando el futuro, para cuando
            llegara mi vejez, lógicamente con pensión incluida, en una década más. Me tranquilizo
            el cambio de mentalidad que tuve y el hecho de tener el dinero que me había corres-
            pondido por la venta de la saca paterna. Pero como una cosa piensa el burro, o sea yo,
            y otra el que lo está enjalmando, o sea el creador. Cuando pensaba que ya había pasa-
            do la mala racha de problemas, ni crean que fue así. Me fui a despedir de mis vecinos
            del barrio Simón Bolívar y san Fernando, como se debe hacer cuando uno cambia de
            barrio, de trabajo y de amigos, después de 50 años.


               Uno de esos amigos (que no quiero recordar ni su nombre ni su dirección), me pre-
            gunto: “Y ahora que va a hacer con su plata…?”, y yo, con lo avispao que soy y bueno
            para los negocios (si…? como no…!), le conteste: “Que hay que hacer, donde hay que
            invertir”, el me dijo: “Yo llevo más de seis meses invirtiendo con unos inversionistas
            serios y poderosos de san Andresito, pagan muy buenos intereses de rentabilidad por
            el dinero invertido, 30. 40 y hasta el 50 por ciento, a 40 o máximo 120 días”.  Yo, en me-
            dio de mi emoción le dije: “Hermano, de eso tan bueno no dan tanto…”, y este, disque
            amigo me dice: “Deje de ser huev… si es que ellos son inversionistas de “gota a gota”,
            a lo que le respondí: “Ahh…! Siendo así… si… claro…. Le jalamos, es que pensé que
            era eso de las pirámides, como está de moda D.M.G y a eso no le jalo”, y siguió dicién-
            dome: “No hermano, este es un sistema de préstamo a usura, ellos al cliente le cobran
            el 20% y el capital de nosotros, los inversionistas, allá nadie lo va a conocer a usted, se
            recupera en 40 días”


               Para mi, era un buen negocio, no cree…?, y la otra ventaja, me dijo él, es que este
            grupo “gota a gota”, lo va metiendo poco a poco con los duros de D.M.G, en la 190 con
            autopista norte, donde usted va a cuadruplicar la inversión. Lo cierto fue, que hice el ne-
            gocio. El 1 de noviembre del 2008, invertí quince millones, con el compromiso de que el
            quince de diciembre, me devolverían veintidós millones quinientos mil pesos, es decir,
            con el 50% de incremento. Les pregunto, estimados lectores y lectoras, ustedes que
            hubieran hecho…?, exactamente lo que yo hice, invertir, y no me digan que no, porque
            la oportunidad financiera, la pitaban calva.


               Pero el 17 de noviembre de 2008, el queridísimo señor ex-presidente y sus adora-
            bles hijos, cometieron el robo más descarado del siglo, cerraron D.M.G arbitrariamente
            (cuando quieran les cuento como fue), y esos inversionistas “goteros” a su vez, eran


                                                            188
   183   184   185   186   187   188   189   190   191   192   193