Page 183 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González
etc. y ademas con su capacidad y don de la enseñanza, siempre me pregunte, ¿porque
mario no organiza su propia escuela de enseñanza de mecánica y automovilismo?,
Averígualo Vargas.
Bueno, pero no nos desviemos estimados lectores y lectoras, vayamos al grano como
dice el dermatólogo. Mario Vigoya fue la persona, el ángel que me hizo uno de los mejo-
res conductores de camionetas de publicidad. Mario Vigoya y Hugo Loaiza (mi hermano
de la vida y compadre), se convirtieron en parte fundamental de mi profesión, ya que
el 90% de mi cargo, era el de conducir perfectamente la camioneta de sonido, sin este
arte, no hubiera podido ejercer la locución empresarial.
Ahora si, después de esta corta presentación (siiii... como no...!), Les cuento porque
Mario se convertirla en mi hermanazo y profesor en la conducción. En 1980 y después
de muchos exámenes y entrevistas para obtener el cargo tan apetecido en las cam-
pañas de publicidad, mercadeo, ventas y locución empresarial, obligatoriamente debía
ser conductor experto, ya que la camioneta de sonido que me asignaban, era para via-
jar por todos los 116 municipios del departamento de Cundinamarca y a nivel nacional
por todos los 33 departamentos. Yo no era muy “ducho” en el área de la conducción,
para coordinar y desarrollar semejantes monstruos que eran los eventos de Coca-Cola.
Mis exámenes de conducción, gracias a Dios y a la preparación e instrucción que
me daba mi hermano de la vida y orgullosamente mi compadre Hugo Loaiza todos los
sábados, de diez de la mañana a doce del día, en la vía de la calle 13 A en corabastos,
(que era muy angosta), salieron perfectos. Pero yo nunca dije nada sobre mi falta de
experiencia y ahí empezó cristo a padecer...
Que tal si antes de continuar con este relato novelesco, nos tomamos un whiskisito
así puro, porque nos lo tiramos...! Ahh...! Que ricooo...! Salud y va pa’ emborrachar-
nos...! Ahora si continuemos... Donde íbamos...?
Un domingo, comentando con mi madre (Q.E.P.D) mis hazañas, le dije: “Doña Blan-
quita, me dieron el puesto de promotor, (o el de chófer con corbata, como me decía
mi padre (Q.E.P.D)), camine le muestro la camioneta de sonido que me asignaron”.
estimados lectores y lectoras, yo estaba atortolado porque era una camioneta con cua-
tro cornetas de sonido, iluminada por todos lados, era un furgón DODGE-300, por lo
grande y lo bien decorada que estaba, le decían “El Castillo”. para mi, era mi pasión y
muerte, no sabia como hacer, pero había que hacerlo o sino, adiós futuro profesional.
Le dije a mi madre: “Ya la compañía empezó a programarme eventos en zona de
carretera, Facatativá, Villeta, Guaduas, Anolaima, Girardot, Tocaima, Zipaquirá, Cajicá,
Chía, Pacho, La Palma, etc. y yo no se manejar bien, pero la compañía no lo sabe y si
no manejo la camioneta, no sirvo para el cargo y me echan por haberles mentido”. ella
era muy tranquila, echada pa’lante, se quedo mirándome y me dijo: “No se preocupe
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