Page 106 - Rassinier Paul La mentira de Ulises
P. 106
RASSINIER : La mentira de Ulises
Es todavía demasiado pronto para exponer un juicio definitivo sobre las cámaras de
gas: los documentos son escasos, y los que existen, imprecisos, incompletos o truncados, no
están exentos de sospechas. Por mi parte, estoy persuladido de que un examen serio de la
culestión con los materiales que no dejarán de descubrirse si la buena fe preside las
investigaciones, abrirá nuevos horizontes en lo relativo a las cámaras. Entonces, uno se
asombrará del número de individuos que han hablado de ellas y de los términos en los cuales
lo han hecho.
De todos los testigos, Eugen Kogon es el que se ha oculpado del asunto con más
seriedad y su testimonio ofrece para mí el mayor interés. En la ya citada obra de El infierno
1
organizado ( ) escribe:
«Un número muy reducido de campos tenían sus propias cámaras de gas.»
(Página 154.)
[188]
Y exponiendo el mecanismo de la operación continúa:
«En 1941, Berlín envió a los campos las primeras órdenes ( ) de formación
2
de transportes especiales para exterminarlos con el gas. Se escogió en primer lugar a
los delincuentes comunes, a los presos condenados por atentados contra las
costumbres y a ciertos políticos mal vistos por la S.S. Estos transportes partían
hacia un destino desconocido. En el caso de Buchenwald, a partir del día siguiente
se veían volver las ropas, comprendido en ello el contenido de los bolsillos, las
dentaduras postizas, etc. Por un suboficial de la escolta ( ) se supo que estos
3
transportes habían llegado a Pirna y a Hohenstein y que los hombres que los
integraban habían sido sometidos a los ensayos de un nuevo gas y habían
perecido...
Durante el invierno de 1942-43, se examinó a todos los judíos desde el
punto de vista de su capacidad de trabajo. En lugar de los transportes mencionados
anteriormente, fueron entonces los judíos inválidos quienes siguieron el mismo
camino en cuatro grupos de 90 hombres, pero fueron a parar a Bernburg, cerca de
Kothen. El médico-jefe del sanatorio del lugar, un tal doctor Eberl, era el
instrumento dócil de la S.S. En los documentos de la S.S. esta operación llevó la
referencia 14 F. 13. Parece haber sido llevada a cabo simultáneamente al
aniquilamiento de todos los enfermos de los sanatorios, que se generalizaba poco a
poco en Alemania bajo el nacionalsocialismo.» (Páginas 225 y 226.)
Habiendo afirmado el hecho bajo esta forma que permite la duda en cuanto a las
órdenes de utilización de las cámaras de gas, especialmente en este sentido de que sólo obra
por referencia a documentos de los cuales uno puede preguntarse si existen, Eugen Kogon cita
sin embargo otros dos, sin duda parque le han parecido más concluyentes:
[189]
«Hemos podido conservar el dulplicado de las cartas cursadas entre el doctor
Hoven (de Buchenwald) y este sorprendente sanatorio:
Weimar-Buchenwald, 2-2-1942.
KL. Buchenwald
El médico del campo.
Asunto: Judíos ineptos para el trabajo en el KL de Buchenwald.
Referencia: Conversación personal.
Escritos adjuntos: 2.
Al Sanatorio de Bernburg a.d., Saale.
Apartado de Correos 263.
1
En una nota de la edición alemana de La mentira de Ulises se señala que la siguiente cita ya no está redactada
en estos términos en la 5ª edición alemana del libro de Kogon (N. del T.)
2
¿Se han encontrado estas órdenes? Si es así, por qué no se publican? En caso contrario, ningún historiador
aceptará nunca que se haga mención de ellas.
3
Si su nombre fue publicado, quizá se le podría interrogar.
– 106 –