Page 266 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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El retorno de la unión 255
que la tristeza espiritual es la llave de las gracias de oración y con-
templación, sin la cual el alma cae en la vanidad e ilusión de espíritu.
Aun el que de Dios recibiese la garantía de su salvación eterna, de-
bería estar triste de no corresponder bastante con su gratitud a tan
alto favor (1).
Otra clasificación jerárquica de los extáticos hace Abenarabi, ba-
sada en el retorno de la unión. Hay quienes no vuelven ya al mundo
de las aprehensiones distintas, sino que conservan inamisible la con-
ciencia de su identificación con Dios. Otros vuelven, pero readquirien-
do sólo la conciencia de su propia personalidad, abstraída del mundo
exterior. Otros, en fin, retornan de la unión, recobrando la doble con-
ciencia del yo y del no yo. Estos últimos son por ello aptos para con-
ducir las almas a la unión. Su misión altísima de caridad y apostola-
do los empareja con los profetas, cuya inspiración siguen para reali-
zarla entre los hombres, conforme a un triple método apostólico, que
se basa, respectivamente, en el abatimiento y desprecio de sí, en el
anonadamiento o servidumbre del alma respecto de Dios y en la prác-
tica de las virtudes imitadas de los divinos atributos. Las estrechas
analogías comunes al santo apostólico y al profeta son, pues, eviden-
tes. Convienen en la inspiración divina, en el milagro y en la profecía.
Difieren en la naturaleza de la inspiración que ambos reciben para la
perfección propia y ajena: el santo lo debe todo al profeta en quien se
inspira; y como Mahoma es el sello que cierra la misión profética, de
la luz reflejada por él derivan las luces de todos los demás; por otra
parte, la inspiración en el profeta tiende a crear una religión revelada,
con su código dogmático, moral y litúrgico, mientras que en el santo
se limita a procurar la perfección espiritual, propia y ajena, al dictado
de aquel código revelado (2).
Este mismo papel de mediador entre Dios y los hombres para la
iluminación, desempéñalo también Mahoma para la unión extática, se-
gún Abenarabi. Su doctrina en este punto merece que la examinemos
(1) Mawaqui, 193.
(2) Anwar, 24. Cfr. Fotuhat, II, 4; III, 18, 67, 316.