Page 269 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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258        Parte  II. — Doctrina espiritual de Abenarabi
       mente se realiza la dicha identificación, es la luz divina encarnada en
       Adán, y sucesivamente en los demás profetas hasta Mahoma; Adán fué
       la primera manifestación objetiva de la divina naturaleza; antes de su
        existencia temporal y terrena, tuvo otra preexistencia celeste y eterna,
        al modo del nous neoplatónico y del logos gnóstico; de Mahoma, úl-
        tima encarnación de aquella luz, hay, pues, que decir eso mismo: es
        el hombre perfecto y el demiurgo y mediador de la gracia divina para
       los hombre en general y para los santos en particular.
          Sin esfuerzo se advierten en este retrato de Mahoma los rasgos más
       típicos de la imagen paulina de Cristo: la preexistencia eterna, la rela-
       ción con Adán, la encarnación, la función de mediador, no sólo a título
       de modelo ideal de perfección digno de ser imitado, sino como fuente
       de la gracia y de la vida mística. Por su medio, llega  el devoto a la
       unión, ingresa en la eterna serie de las reencarnaciones de la luz divina
       y viene a ser hombre perfecto, como Adán, Jesús y Mahoma. La unión
       extática concíbese, pues, por Abenarabi en el sentido de la más estricta
        inmanencia: a despecho de todas las reservas, el fondo de su pensa-
        miento es panteísta en la mística, como lo era en la dogmática.
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