Page 366 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Discernimiento de espíritus   355
       tes, el demonio te persuade y hace creer que aquello procede de Dios.
       Así se apodera de  ti y vienes a ser ya, durante toda tu vida, posada
       suya. Mas si conocieses que los coloquios de Dios no dejan nunca en
       el sujeto sensibilidad alguna,  ni se realizan acompañados de ilusión
       fantástica, imaginación, preparación ni espera del sujeto, sabrías de
       cierto que, conservando como conservaste la sensibilidad, has estado
       conversando con quien es de tu mismo género, es decir, con una cria-
       tura, semejante en eso a ti mismo, la cual quiere burlarse de ti. La ma-
       yoría de las personas que experimentan este estado son los que se en-
       tregan al ejercicio del canto religioso para sentir en él la emoción ex-
       tática, sobre todo si en ellas predomina la fantasía y la imaginación.
       Prefiere, por lo tanto, la pura inconsciencia, pues aunque del trance
       extático no saques ningún fruto iluminativo, no estarás expuesto a ten-
       tación alguna; y si experimentas alguna iluminación, tienes lo que bus-
       cas y además estás libre de todo equívoco e ilusión, pues en la pura
       inconsciencia no tiene entrada Satanás.
          Así es, ¡oh novicio!, como debes ser: has de conocer estos estados
       misteriosos por  ti mismo y no ser de la condición de aquellos necios
       que no se enteran de lo que en sus mismas almas pasa, aunque sea bien
       conocido de sus prójimos.
          Debes saber, después de esto, que los espíritus carecen de poder
       para mandar [216] y prohibir. Tan sólo pueden instigar e informar,
       pues sus preceptos serían inútiles. Por consiguiente, cuando un espíri-
       tu te domina y gobierna, fíjate bien:  si te manda o prohibe practicar
       un determinado ejercicio de devoción, es que ese espíritu es satánico;
       recházalo, pues, y entrégate a la oración frecuente y a la recitación
       del versículo 256 de la azora  11.  a  del Alcorán  (1).  Si, por  el contra-
       rio, no te manda nada y se limita a informarte de algo, entonces ya
       cabe que el espíritu sea satánico o que no lo sea. Para distinguir  si
        lo es o no, debes observar si las ideas que te comunica varían rápida-
        mente o no de especie, pues si te comunica una cosa y luego otra y des-
         (1)  Este versículo es como un compendio de la profesión de fe musulma-
        na y se le conoce por el nombre de "versículo del trono", porque en él se cita
        el trono de Dios. Es muy usado como plegaria.
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