Page 361 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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350 Parte III.—Textos: Amr, 116
aquí que si alguno de esos carismas lo recibimos en la vida presente,
temblamos no sea recompensa adelantada de nuestras obras, pues de
ello hay testimonios en la Revelación que prueban la necesidad de te-
mer los carismas. Por eso no son [116] verdaderos carismas, a juicio
nuestro, sino solamente maravillas. Ahora, si a ellas va aneja una parti-
cular revelación de Dios, que nos asegura de que son algo sobreañadi-
do, es decir, que no han de aminorar nuestra recompensa en la vida
futura ni acarrearnos reclamaciones, entonces sí que se pueden llamar
carismas, aunque en realidad de verdad el carisma será aquella particu-
lar revelación de Dios.
Los carismas de los sufíes son más en número de lo que cabe con-
tar; pero hemos señalado sus géneros capitales, aunque sin enumerar
al pormenor las especies que cada género abarca, para que, cuando a
una persona le acaezca un determinado carisma, pueda conocer su es-
pecie. Así, por ejemplo, el hacer manar agua o miel, la multiplicación
de los manjares y cosas parecidas a éstas, encontrarás que caen den-
tro del género que hemos denominado "dar la existencia a lo que no
la tiene" y del otro género de carismas que se deben a la virtud de la
jaculatoria "En el nombre de Dios". Y así de los demás. Lo dicho,
pues, es suficiente, aunque sea poco, respecto de los carismas de los
sufíes. Pasemos a enumerar ahora sus divinas moradas y sus uniones
extáticas.
ARTICULO 6.° DE SUS DIVINAS MORADAS Y UNIONES
En cuanto a sus moradas, son dos: una es cuando la Verdad des-
ciende a habitar en ellos; otra es cuando son ellos los que suben a ha-
bitar en la Verdad. En cuanto a sus uniones, son una sola, a saber:
cuando la Verdad desciende hasta ellos, en el instante mismo en que
ellos ascienden hacia la Verdad y se encuentran mutuamente en una
cierta mansión intermedia. Tanto las moradas como las uniones son de
infinitos grados de perfección; pero mi propósito es tan sólo aludir a
sus clases principales, sin enumerarlas todas al pormenor. Con la pa-
labra "la Verdad" quiero significar las gracias que descienden de