Page 386 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Caridad.— Presencia de Dios.— Pureza de intención  375
        disciplina ascética, para que se habitúe, y no siembres en su corazón
        las malas pasiones de la sensualidad; antes bien, procura hacerle odio-
        sos los oropeles de la vida mundana y que se dé cuenta de que quien
       los ama, pierde su premio en la vida futura, mientras que quien los
       rechaza, logra en  la vida futura espléndida recompensa.
          [49] Te recomiendo que des generosamente,  así en  la próspera
       como en la adversa fortuna, pues esta virtud es un indicio de la con-
       fianza en la providencia de Dios. El avaro es cobarde: viene a él Sata-
       nás y le sugiere que la vida es larga y que todavía puede esperar lar-
       gos años. Entonces le dice: "Si gastas, te arruinarás y te quedarás sin
       nada, para ejemplar castigo que será proverbial entre tus colegas y
       semejantes. Guarda tu dinero y tenlo prevenido para las eventualida-
       des del tiempo, sin ilusionarte con la prosperidad actual en que te ves,
       pues no sabes lo que Dios te enviará el año próximo." Si es en tiempo
       de pobreza y adversa fortuna, le dice Satanás: "Guarda tu dinero y no
       des de él a nadie cosa alguna, pues no sabes cuándo se te acabarán
       estos apuros, ni debes calcular que en lo futuro disminuyan, sino más
       bien que aumenten. Cuídate de  ti mismo, pues nadie te ayudará cuan-
       do nada te quede; antes bien, la gente huirá de  ti, a todos serás mo-
       lesto y perderás hasta el honor." Cuando esta tentación satánica per-
       siste influyendo en el corazón del infeliz, acaba por arrastrarlo a la
       avaricia.
                     [7.°—PRESENCIA DE DIOS]

          [49] Te es indispensable ponerte en la presencia de Dios en todos
       tus estados de movimiento y quietud.

                    [8.°—PUREZA DE INTENCION]
          [49] En la totalidad de tus estados de conciencia, vaya enderezada
       tu intención hacia Dios, proponiéndote pura y sinceramente hacer en
       cada caso aquello que sea mejor para tu vida espiritual.
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