Page 391 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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        no sería pecador; pero al desaparecer dicha conformidad en uno cual-
        quiera de sus actos, surge la disconformidad, porque el sujeto no pue-
        de estar privado, a la vez, de la cosa y de su contraria. Lo que sí cabe
        es que la gracia resida en el sujeto, respecto de un acto, al mismo tiem-
        po que la disconformidad con la ley divina resida en él, respecto de otro
        acto distinto, v.  gr., cuando uno hace la oración ritual, pero en una
        casa que ha robado a otro, o cuando uno hace limosna, pero a la vez
        ofende a su prójimo de palabra u obra. Por eso pide el hombre a su
        Señor la plenitud o perfección de la gracia, es decir, que le acompañe
        ésta en todos y cada uno de sus actos, para no contrariar jamás la ley
        divina. Cuando el siervo de Dios posee esta plenitud de la gracia [13],
        según la acabamos de explicar, entonces se dice de él que ha logrado
        la inmunidad y preservación divina...
          [15] La gracia se divide fundamentalmente en dos especies: gene-
        ral y particular. Es general la común a todos los hombres, musulma-
        nes y no musulmanes. A su vez, ésta se subdivide en otras dos espe-
        cies: una es la gracia en cuya virtud el acto humano se conforma con
        los dictados de la justicia, en cuanto tal; otra es la gracia en cuya vir-
        tud el acto se acomoda a los fines humanos. Ejemplo de esta última es
        el hombre (sea cualquiera la religión que profese),  el cual cava un
        pozo a la orilla de un camino en tierra de secano, pues este acto es
        conveniente o se acomoda a los fines de todos los hombres que pasen
        por aquel lugar. La gracia que se conforma con la justicia es la que
        acompaña al acto humano que establece distinción entre las cosas, por-
        que entre ellas ve que hay diferencia. Su fundamento estriba, pues, en
        dar a cada cual lo que le es debido. Así, poi ejemplo, si un hombre ve
        que una persona trata de beber agua con una criba y en cambio inten-
        ta porgar el trigo echándolo en una copa, tomará el trigo y lo echará
        en la criba y en cambio echará el agua en la copa, diciendo: esto es
        para esto y aquello para aquello. Asimismo en todas las cosas espe-
        culativas y prácticas. La gracia particular es  la que te saca de las
        tinieblas a la luz y te lleva a la felicidad eterna en sus diferentes gra-
        dos, aunque hayas caído en  el fuego infernal. A su vez, esta gracia
        particular puede ser también general y particular. Es general la gracia
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