Page 392 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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La gracia: su naturaleza, especies y efectos 381
de la fe en Dios y en su Profeta, es decir, en la revelación. Es particu-
lar la gracia de obrar conforme a la ley revelada. Esta última se vuel-
ve a subdividir en general, que ayuda a cumplir los cinco preceptos
fundamentales de la religión, y en particular, que es la gracia que te
ayuda a purificar el corazón, a iluminarlo y a vaciarlo de todo lo que
rio es Dios, es decir, a los ejercicios de la disciplina ascética y del com-
bate espiritual. También esta gracia especial se subdivide en general y
particular. Es general aquella cuyo fruto es la práctica de las virtudes
excelsas y el logro de las cualidades divinas y santas. Es particular
aquella cuyo fruto es la iluminación o revelación de los misterios que
van implícitos en la práctica de las virtudes...
[17] La gracia divina se logra por el alma de dos maneras. Una es
la gracia que Dios crea en ti, de ti. Otra es la gracia que Dios crea en
ti, pero por el ministerio de otro que tú. Ejemplo de esta última gra-
cia es el islam, que tus padres y maestros te han procurado. Ejemplo
de ella es asimismo el hombre que viene a ti, sin que tú hayas tenido
parte alguna en su propósito, y te exhorta con sus saludables consejos
y te despierta del sueño de tu negligencia, y, al despertar, Dios te
envía por su ministerio la luz de su gracia y tú la recibes y te pones
a pensar en cómo has de salvar tu alma y esto te conduce a entrar en
el gremio de los que logran su eterna felicidad. En cambio, la gracia
que existe en ti, pero de ti, es aquella en cuya virtud eres tú mismo
quien de primera intención echas una mirada a tus propios defectos y
te reprendes, a la vista de tus feas acciones, y concibes profunda abo-
minación y odio del estado de tu alma, y, al intensificarse estas ideas
y sentimientos, la gracia te ayuda a emprender animoso la marcha por
el camino de la salvación y a practicar presuroso las virtudes en la
medida en que Dios ab acterno lo tiene decretado y previsto...
[18] Cuando la gracia del propio conocimiento se ha logrado, lo
primero que produce en el alma es la enmienda de la vida y, sucesi-
vamente, estos progresivos estados, cada uno de los cuales es causa
del siguiente: penitencia, tristeza espiritual, temor de Dios, abomina-
ción del mundo, soledad o aislamiento, meditación, presencia de Dios,
constante examen de conciencia, Vergüenza de la propia indignidad,