Page 39 - Confesiones de un ganster economico
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                             Una atractiva morena se acercó y fue a sentarse en el sillón de enfrente.
                        Se veía muy sofisticada con su traje sastre verde. Al observarla mientras procuraba
                        hacerme el indiferente, o el disimulado, me pareció algunos años mayor que yo. Al
                        cabo de un rato, sin decir palabra, ella empujó hacia mí un libro abierto. Contenía una
                        tabla con información sobre Kuwait que yo había solicitado anteriormente, y una
                        tarjeta de visita. El nombre decía Claudine Martin y el cargo: «Asesora especial en
                        Chas. T. Main, Inc.» Al levantar los ojos me tropecé con la seductora mirada de sus
                        ojos verdes. Ella me tendió la mano. «Tengo instrucciones de ayudarte en tu
                        preparación» anunció. No podía creer que aquello me estuviera sucediendo a mí.
                          A partir del día siguiente nos reunimos en el apartamento que Claudine tenía en
                        Beacon Street, no lejos de las oficinas centrales de MAlN en el Prudential Center. En
                        nuestra primera hora de diálogo me manifestó que mi posición era poco común y
                        exigía, entre otras cosas, la más estricta confidencialidad. Me explicó por qué nadie
                        me había dado una descripción de mi puesto de trabajo. Nadie estaba autorizado a
                        hacerlo ... excepto ella. Y por último me aclaró que su misión consistía en hacer de mí
                        un gángster económico.
                          La expresión evocaba asociaciones de gabardinas largas y revólveres ocultos. Se
                        me escapó una risa nerviosa, que me dejó un poco avergonzado. Ella sonrió y me
                        aseguró que el efecto humorístico era uno de los motivos de la elección del término.
                        «Quién se lo va a tomar en serio», comentó. -
                             Confesé mi total ignorancia en cuanto a las funciones de un gángster económico.
                          - No eres el único - rió ella -. Somos una especie rara y estamos en un negocio
                        sucio. Nadie debe conocer tu actividad, ni siquiera tu mujer. - A continuación se puso
                        seria y agregó -: Voy a hablarte con plena franqueza y vaya enseñarte todo lo que sé
                        durante las semanas de que disponemos. Después de eso, te tocará a ti decidir. Será
                        una decisión definitiva. Cuando se entra en esto, se entra para toda la vida.
                             Después de esta conversación casi nunca volvió a utilizar la expresión completa de
                        economic hit man. Éramos unos EHM y nada más.
                          Ahora sé una cosa que desconocía entonces: que Claudine aprovechó todas mis
                        debilidades, recogidas en el perfil de mi carácter trazado por la NSA. Ignoro quién le
                        comunicaría la información, si fue Einar, la NSA, el departamento de personal de
                        MAIN o alguna otra fuente. Pero supo explotarla con maestría. Aplicó una
                        combinación de seducción física y manipulación verbal que parecía expresamente
                        diseñada para mí. Y sin embargo, luego la he visto utilizada numerosas veces en
                        muchos tipos































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