Page 115 - Arquitectos del engaño
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Durante muchos años la vida del club prosperó subrepticiamente en "la Logia Roja". En sus
reuniones de logia en los pisos superiores del Cafe Demel, protegidos de todo control democrático, los
masones de la cafetería roja conspiraban y ampliaban constantemente sus posiciones. Como en Italia con la
P2, pronto habría un estado dentro del estado. Hubo un periodo en que Austria prácticamente estaba
gobernada por el Club 45 desde el Cafe Demel. También hubo un momento en que nadie podía ser miembro
del gobierno austriaco si no era masón.
Entre los prominentes socialistas que entre los años 1.974 y 1.989 llegaron al gobierno afiliados a "la
Logia Roja", se pueden citar los siguientes: Franz Vranitzky (canciller), Fred Sinowatz (canciller), Hannes
Androsch (vicecanciller), Leopold Gratz, Karl Blech, Heinz Fischer, Helmut Zilk, Karl Sekanina, Gunther
Haiden, Herbert Salcher, Franz Kreuzer, Willibald Paar, Gerhard Weissenberg, Karl Lausecker, Ernst-
Eugen Veselsky, Karl Lutgendorf y Erwin Lane.
La gente más poderosa de los círculos financieros de Austria, por supuesto, también eran miembros
del café masón: Walter Flottl (del banco BAWAG), Karl Vak (Zentralsparkasse der Gemeinde Wien),
Hannes Androsch (Creditanstalt), Helmut Kienzl (Nationalbank), Theodor Mellich (Girozentrale), Otto
Binder y Erich Gottlicher (Wiener Städtische Versicherung); directivos de corporaciones nacionalizadas
como Walter Fremuth (Verbundgesellschaft), Kurt Meszaros (OMV), Heribert Apfalter (VOEST) y Johann
Buchner (Chemie Linz).
Había líderes de los medios de comunicación como Friedrich Dragon editor del Kronen-Zeitung y el
presidente de la ORF (Televisión Nacional Austriaca) Teddy Podgorski, así como Karl Reidinger jefe de la
policía de Viena.
El astuto propietario del Cafe Demel Udo Proksch sabía cómo utilizar esta extraña masonería para
sus propios fines, y no estaba solo. Se puede afirmar que todos y cada uno de los principales asuntos de
corrupción de Austria desde mediados de 1.970 y hasta la década de 1.980 fueron planificados y coordinados
en alguna de las habitaciones del primer piso de la cafetería (Hans Pretterebner, "Der Fall Luçon: Ost-
Spionage, Korruption und Mord im Dunstkreis der Regierungsspitze", Viena, 1.989, p. 84).
Por lo tanto, era de lo más natural que el Club 45 también fuera el centro ideal para el tráfico ilegal
de armas. Proksch enfáticamente negaba tener nada que ver. Tan pronto como el 1 de junio de 1.976 existía
un documento (núm. 84-Verschl-HbeschA/76 ) del Heeres-Beschaffungsamt (proveedor de armas para la
defensa austriaca), con una lista de más de 50 personas implicadas en esta actividad, Proksch estaba en el
número 25 de la lista.
Tras el asesinato del político italiano Aldo Moro en 1.978, la policía trató de rastrear el arma del
crimen en varios países, una metralleta checa, del tipo Skorpion. La investigación no les llevó directamente a
Chequia, sino primero a Austria.
El 19 de abril de 1.978, pocos meses antes del asesinato de Aldo Moro, 150 de esas metralletas
habían sido enviadas a un depósito de Niederösterreich, propiedad de Proksch. Desde allí las armas se
habían enviado a Italia.
El diario de Viena Kurier preguntó a Proksch el 25 de noviembre de 1.979: "Sr. Proksch, ¿eres un
espía del este y también un vendedor de armas? Y ¿cómo explica que la sede de la policía alemana le
considere el proveedor de pistolas checas de los terroristas italianos? es bastante conocido que Aldo Moro
fue asesinado con un arma de fuego".
Proksch ignoró la pregunta, diciendo: "Lo que pasó con Aldo Moro no me interesa. No conozco ni un
solo miembro de las Brigadas Rojas italianas".
Con amigos importantes como los hermanos de "la Logia Roja", Proksch quedó libre, por supuesto.
Dijo: "El Club 45 es mi protección contra las intrigas que se me dirigen". (Hans Pretterebner," op. cit, p. 75-
89)
El pantano sin fondo que constituye la francmasonería política incluso en un país relativamente
pequeño como Austria ha propiciado que un extraño y no masón como Jorg Haider se haya hecho muy
popular. La gente está cansada del fraude y la corrupción. Los masones de Austria y todos los de la Unión
Europea temen que políticos anti-masónicos alcancen el poder. No sólo amenazarían la estructura de poder
masónico sino también con sacar a la luz las podridas intrigas y llevar a los criminales ante los tribunales.