Page 116 - Arquitectos del engaño
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La influencia masónica en Suecia


               Durante los siglos XVIII y XIX los más altos funcionarios de Suecia formaban parte de la Orden
        (Frimuraren, Los masones, nº 3, 2.000, p. 12). La influencia masónica era mucho mayor que ahora. Los
        masones  de  alto  rango  eran  Oscar  Themptander,  primer  ministro  (1.884-88),  el  general  y  ministro  de  la
        guerra Johan Bjornstierna, el general y miembro del gobierno Anders Skjoldebrand y Lindman Arvid (en
        realidad Salomon Achates), quien fue primer ministro dos veces (1.906-11 y 1.928-30). Lindman también
        fue miembro del Consejo Supremo de la Gran Logia de Inglaterra, Grado 33º según el catálogo de la Gran
        Logia Sueca de 1.934. Esto demuestra que la masonería sueca estaba dirigida desde un centro internacional.
               Esto también explica por qué el líder conservador y ministro de relaciones exteriores Arvid Lindman
        apoyó a Lenin cuando pasó por Estocolmo el 13 de abril de 1.917. Estaba apoyando a un hermano masón.
               El diario Aftonbladet publicaba el siguiente análisis del periodista Goran Skytte en enero de 1.985:
        "Los miembros de la Orden de la Masonería Sueca tienen una gran influencia en la sociedad sueca. Los
        masones tienen miembros en cada una de las instituciones importantes: el servicio civil, los militares, los
        negocios, la política, la iglesia y los medios de comunicación... Estos masones tienen conexiones y lealtades
        entre sí que hacen que sean prácticamente un estado dentro del estado, un poder oculto del cual el público no
        es consciente".
               El  Gran  Mariscal  Tom  Christian  Bergroth  manifestaba  en  agosto  de  1.994  que  la  Orden  de  la
        Masonería Sueca no tenía conexiones con la Grand Orient ni con los Illuminati. Esto no era verdad.
               El  diario  rival  Expressen  el  12  de  enero  de  1.995  llevaba  este  titular:  "Suecos  reconocidos  están
        bebiendo sangre en una sociedad secreta". El diario publicó los nombres de los diversos miembros secretos.
        Los masones amenazaron con vengarse. El masón conservador Sten Svensson admitió: "Estoy utilizando la
        masonería como política." Quería que más políticos pertenecieran a la francmasonería.
               Un  mes  más  tarde,  el  editor  del  diario  Olle  Wastberg  fue  despedido  y  poco  después  lo  fue  el
        presidente de la Junta Johan Bonnier. Uno de los periodistas, Curt Radstrom, que era francmasón de alto
        rango en secreto, recibió una gran suma de dinero por haber sido puesto al descubierto.
               El político socialista y francmasón desertor Roland Brannstrom (Skelleftea) reveló que no es extraño
        que los políticos socialdemócratas también sean masones (Expressen, 12 de enero de 1.995, p. 16).
               Según  el  masón  Trevor  W.  McKeown,  en  1.721  se  fundó  un  grupo  llamado  los  Illuminati  de
        Estocolmo, también conocido como el Rito de Swedenborg. Emanuel Swedenborg fue iniciado como masón
        en 1.706, lo cual fue confirmado más tarde por el rey Gustavo III, el rey mismo también era francmasón.
        Este grupo estaba formado por aquellos miembros de la Gran Logia de Suecia que anteriormente hubieran
        alcanzado el honorable undécimo grado secreto. En 2.000 había 67 masones de estos en Suecia y 56 en
        Noruega.
               En Escandinavia los miembros cada vez son menos. En 1.971 en Suecia había casi 26.000 masones.
        El año 2.000 quedaban 14.000, de los cuales sólo 8.000 eran miembros activos. La pérdida de afiliación fue
        del 45 por ciento en 30 años.
               En 1.993, había 2.500 empresarios, más de 200 policías, casi 500 abogados y 900 oficiales militares
        que pertenecían a la francmasonería.
               El  7  de  marzo  de  1.998,  el  gran  maestro  sueco  Gustaf  Piehl  negó  que  la  masonería  estuviera
        involucrada  en  ningún  tipo  de  ocultismo  de  ningún  tipo.  ¿Qué  hay  pues  de  las  ceremonias  mágicas  con
        ataúdes  y  cráneos  e  incluso  la  deidad  Baphomet,  entonces?  A  mediados  de  1.980,  fueron  realmente
        publicados en los periódicos imágenes de cráneos y huesos en el sótano del Palacio Masónico de Estocolmo.
               La Orden Sueca de los Masones ha sido clasificada como una secta inofensiva en un informe oficial
        gubernamental (1.998). Quizás no sea tan raro, teniendo en cuenta que el presidente de la encuesta era el
        masón de alto rango Sten Svensson.
               Algunos  masones  también  son  miembros  de  los  Caballeros  Templarios  como  el  ex-editor  de  El
        Francmasón,  Roland  Swers.  El  nuevo  gran  maestro  desde  septiembre  de  2.001  es  el  profesor  de  física
        Anders Fahlman. Desde 2.001 las leyes generales de la orden están a disposición del público.
               La Odd Fellows (Compañeros Extraños) es, sin embargo, la Orden más grande de Suecia, fundada el
        29 de octubre de 1.884 y estrechamente ligada a la masonería. Tiene 39.600 miembros en 168 logias, en su
        mayoría son hombres pero en las 80 logias Rebecca hay inscritas 12.100 mujeres. La orden está dirigida por
        el gran padre. Los miembros aquí también disminuyen constantemente.
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