Page 27 - Arquitectos del engaño
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negativas. También sabía cómo diseñar una ciudad en la que sus habitantes quedaban protegidos del viento.
        Las  calles  de  las  ciudades  modernas  crean  un  calado  constante,  el  viento  sopla  libremente  y  afecta
        negativamente a los habitantes.
               Estos métodos naturales todavía se utilizan en China. En los años ochenta, algunos eruditos suecos
        visitando  una  zona  cerca  de  Shanghai  utilizaron  una  escuadra  y  un  compás  para  examinar  si  las  casas
        estaban construidas con los muros alineados a lo largo de las líneas de Curry. El suelo de debajo de cada
        cama estaba a salvo del daño de las líneas de ley. Las casas en cuestión habían sido construidas en 1.958, no
        durante la edad media. La radiación de la tierra es todavía un tema importante en la construcción de hoteles
        y bancos en Hong Kong y Singapur. Este sistema, que funciona de acuerdo con las reglas de la naturaleza, se
        llama feng-shui y fue violentamente rechazado por el régimen comunista en China. Una enciclopedia china
        afirma que los principios arquitectónicos del feng-shui son: "Para crear bienestar, felicidad y riqueza a las
        personas que viven en la casa."
               El albañil maestro era responsable de la obra. Los masones tenían sus propias leyes, reglamentos y
        ceremonias. Estas asociaciones (llamadas "Bauhiitten" en alemán) actuaban bajo el liderazgo "de un maestro
        de cátedra", una expresión, que más tarde fue copiada por los masones políticos (El Mariscal de campo Jean
        Baptiste Bernadotte fue un maestro de cátedra francés que el gobierno sueco eligió en 1.810 como sucesor
        de Charles XIII, el jefe de los masones). El gran maestro instruía a viajantes y éstos, a su vez instruían a los
        aprendices en el arte de la arquitectura geomántica. Los grandes maestros también repartían los trabajos y
        pagaban los salarios.
               El maestro de cátedra era elegido una vez al año. Las reuniones se celebraban cada mes. En estas se
        trataban los temas del gremio - se dirimían conflictos, se aceptaban nuevos miembros y los aprendices eran
        promovidos a obreros. Todo tenía lugar, según ordenadas ceremonias. Se imponían multas si se rompían las
        normas.
               En Inglaterra, todos los masones eran considerados artesanos. En Alemania, tenían un estatus muy
        superior. Después de las devastadoras guerras de los siglos XVI y XVII, las actividades de los masones
        disminuyeron en Alemania, pero permanecieron vivas en Inglaterra.
               Las  logias  masónicas  mantenían  un  contacto  internacional  constante  para  que,  a  los  masones,  les
        fuera  más  fácil  encontrar  trabajo.  La  Gran  Logia  de  Estrasburgo  estaba  al  frente  de  todas  las  logias  de
        Europa. Había introducido signos secretos de saludo, apretones de manos y contraseñas, así los miembros de
        diferentes logias se podían reconocer mutuamente. Esta era una precaución necesaria ya que los masones
        guardaban  celosamente  los  secretos  y  las  normas  de  su  orden.  Se  aseguraron  que  todo  el  que  afirmara
        dominar  el  arte  de  la  edificación  hubiera  recibido  la  instrucción  adecuada.  Estas  precauciones  estaban
        justificadas,  ya  que  los  masones  itinerantes  a  menudo  se  encontraban  entre  desconocidos  que,  a  veces,
        falsamente,  afirmaban  ser  miembros  del  gremio  para  sonsacar  los  secretos  a  los  miembros  reales.  Los
        masones  inventaron  un  número  cada  vez  mayor  de  contraseñas  y  frases,  señales  de  reconocimiento  y
        apretones  de  manos  especiales  para  ahuyentar  a  estos  impostores.  Hacían  las  preguntas  de  una  manera
        particular. La respuesta correcta confirmaba que el recién llegado estaba calificado para tomar parte en la
        obra. Mucho de esto, más tarde, fue asumido y ampliado por masones políticos especulativos o " pasivos".
               El único signo que es común en todos los grados y logias actuales es el signo de la angustia. En la
        masonería sueca, este signo se aprende al ingresar en el tercer grado. En caso de emergencia, el francmasón
        necesitado hace un triángulo equilátero poniendo las manos juntas sobre la frente con las palmas mirando
        hacia delante y grita: "¡A moi, a l'enfant de la veuve de Naphtali!" ("¡Ayudadme, ayudad al hijo de la viuda
        de Naphtali!")
               Al  ver  este  signo,  todos  los  hermanos,  de  inmediato,  tienen  que  ir  al  rescate  del  francmasón
        necesitado - incluso si esto va en contra del derecho común y de los intereses de la nación. Se debe prestar
        ayuda, cualquiera que sea la necesidad. Hay que ignorar la lealtad a las leyes del país. Muchos masones
        salvaron la piel de esta manera durante la Primera y Segunda Guerras Mundiales.
               El oficial americano John McKinstry fue capturado por los indios Mohawk, que estaban en el bando
        de los británicos durante la guerra de la revolución entre 1.775 y 1.781. McKinstry estaba atado a un árbol y
        estaba a punto de ser quemado hasta morir, cuando hizo el signo masónico de la angustia. Para su sorpresa,
        uno de los indios se adelantó y detuvo la ejecución.
               Su Salvador era Joseph Brant, un jefe de los Mohawk, que había sido educado en Europa e iniciado
        en  la  fraternidad  en  Londres.  Brant  había  retornado  a  su  tribu,  pero  permaneció  parcialmente  leal  a  la
        organización. Entregó a McKinstry a los masones británicos, que a su vez lo escoltaron hasta una de las
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