Page 30 - Arquitectos del engaño
P. 30
del Casco (Christopher Knight, Robert Lomas, "El segundo Mesías: Los templarios, el sudario de Turín & el
gran secreto de la masonería", Londres, 1.998, p. 292).
La fábula de Bacon "La Nueva Atlántida" describe el Nuevo Mundo donde el poder es ejercido por
una sociedad secreta llamada la Casa de Salomón, que consta de una élite privilegiada y actúa como un
gobierno oculto. Esta sociedad decide exactamente cuánto y qué debe saber el público. Bacon proponía un
gobierno invisible, que también controlaría la ciencia. Parece ser que los masones aprecian este libro.
Supuestamente Francis Bacon era hijo ilegítimo de la Reina Elizabeth y de su amante, Sir Robert
Dudley, conde de Leicester. Francis Bacon que era muy educado, había leído y viajado mucho, también debe
ser considerado como el verdadero autor de las obras teatrales y sonetos del analfabeto William
Shakespeare. Esto se ha demostrado a través de los códigos secretos, que Bacon utilizaba en todas sus obras,
incluyendo aquellas publicadas bajo el nombre de William Shakespeare, como se describe en las obras del
francmasón Manly P. Hall.
En 1.641, el General Robert Moray, químico y matemático se hizo masón en la Logia Edenroth de
Newcastle. Fue el primer conocido erudito aceptado como miembro por un gremio artesanal, según el resto
de la documentación. El alquimista, astrólogo y ocultista Elias Ashmole se hizo francmasón en Warrington
el 16 de octubre de 1.646, como lo había hecho el cabalista Robert Boyle (1.627-1691), que hacía
investigaciones en química y física. Elias Ashmole pertenecía a la Asociación de Astrólogos. Muchos
miembros de esta asociación se hicieron francmasones. Robert Boyle fue gran maestro del secreto Priorato
de Sión entre 1.654 y 1.691. Sir Christopher Wren (1632-1.723), el astrónomo y arquitecto que diseñó la
catedral de Saint Paul y dibujó los planos para la reconstrucción de Londres después del Gran Incendio de
1.666, fue iniciado en la Logia Original nº 1 de Londres el 18 de mayo de 1.691 (Bernard E. Jones, "Guía y
compendio de los Masones", Londres, 1.950, p. 111). Él fue el último gran maestro desde las filas de los
francmasones activos que en realidad eran constructores y artesanos.
Las personas antes mencionadas fundaron El Colegio Invisible el 28 de noviembre de 1.660. La
Royal Society of London surgió de este movimiento en 1.662. Francis Bacon (1.561-1.626) fue nombrado su
"santo patrón". Christopher Wren llegó a presidente de la Royal Society en 1.680. Isaac Newton (1.642-
1.727), que estaba muy interesado en la astrología y la alquimia, se convirtió en masón en 1.672 a pesar de
que no había sido constructor, pero en cambio era considerado un científico y en 1.703 fue elegido
presidente de la Royal Society. El motivo más importante fue que era gran maestro del Priorato de Sión
(1.691-1.727), hacía todo lo que podía para infiltrarse en las logias masónicas y explotarlas por razones
políticas. Robert Boyle antes también había sido gran maestro del Priorato de Sión. Entre los fundadores de
esta sociedad estaba John Byrom, que pertenecía al Cabbala Club, también conocido como Sun Club.
Todos estos señores masones comenzaron a manipular la ciencia. Querían crear una nueva ciencia,
materialista o "humanista" que negaba la existencia del alma. Esta tradición masónica continúa hoy en las
llamadas organizaciones humanísticas. Estas niegan la existencia de Dios, afirman que el universo se originó
por sí mismo y que la muerte constituye el final definitivo de la experiencia.
La "Philosophiae naturalis principia mathematica" de Isaac Newton (1.687) fue un vergonzoso
intento de socavar la ciencia tradicional. Newton resultó ser el enemigo de la ciencia. Para él, el universo era
materia muerta donde la sustancia en forma de esferas sólidas transcurría sin objetivo o significado. Detrás
de Newton había una maliciosa red política. El verdadero Rosa-Cruz Gottfried Wilhelm Leibniz (1.646-
1.716) creó un documento para contrarrestar la "Principia" de Newton, que llamó "Un tratado sobre el que
provoca los movimientos de los planetas". Leibniz entendía que la naturaleza del universo era la
neguentropía (auto-desarrollo). Esta tendencia global daba forma a todas las leyes físicas. Leibniz se negaba
a creer que la casualidad podía explicar la aparición o la no ocurrencia de un evento. Demostró que el
espacio era relativo y no absoluto. Leibniz afirmaba que la órbita planetaria debía seguir la dinámica de
flujo, lo que demostraba que habían de ocurrir movimientos en torbellino, ya que todos los planetas están en
el mismo nivel orbital y giran en la misma dirección. Si no fuera así, el sistema planetario entero se
derrumbaría .
Robert Hooke corrigió los errores básicos de Newton. Newton creía que un cuerpo que cayera hasta
el centro de la tierra describiría un movimiento giratorio y no una trayectoria elíptica. La "Principia" de
Newton fue completamente reescrita por Robert Coats, que estaba destinado a corregir los cientos de errores
que llenaban la primera edición. Esto demostraba que Newton estaba completamente perdido en cuanto se
trata de ciencia, según Carol White, editor de la revista científica estadounidense Fusion. Pero Newton
todavía es alabado como un gran científico. Incluso su principal defensor, C. Truesdale, se vio obligado a
admitir en 1.960 que "las teorías de flujo de Newton son, sin embargo, en gran medida erróneas".