Page 32 - Arquitectos del engaño
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Dentro de esta organización, que existió durante más de 50 años, se practicaban orgías rituales y
        perversiones sexuales de diversa índole con niños y mujeres de clase baja que habían caído en las garras de
        los aristocráticos masones.
               Dashwood, uno de los fundadores del Hellfire Club, fue ministro de Hacienda y uno de los amigos de
        Franklin. Franklin también fue gran maestro de la logia francesa Las Nueve Hermanas. Las logias de San
        Juan,  Las  Nueve  Hermanas  (Gran  Oriente),  Amigos  Reunidos  y  los  Illuminati  provocaron  un  golpe  de
        estado en Francia en julio de 1.789. Los grupos de los Illuminati los Jacobinos y los Frankistas también
        participaron en la revolución francesa.
               En 1.723, ya había 52 logias en Londres, y a finales de la década de 1.720, había establecidas 115
        logias.  Los  masones  afirman  que  la  orden  sólo  ha  tenido  un  contenido  simbólico  desde  entonces.  Se
        perdieron los principios geománticos. Sólo la historia y el simbolismo permanecieron desde los tiempos de
        los canteros. Todo fue sustituido por la pseudo-ciencia y filosofías que representan una amenaza para la
        naturaleza y la humanidad. El público fue engañado inicialmente por la elección del constructor Anthony
        Sayer como gran maestro.
               Bastante  pronto  los  constructores  fueron  totalmente  excluidos.  Los  antiguos  gremios  dejaron  de
        existir. En su lugar se constituyó un sistema de masonería corporativa. El siguiente gran maestro fue Jean
        Theophile Desaguliers, que fue nombrado para el cargo en 1.719. Durante los años siguientes se eligiría un
        nuevo gran maestro anualmente.
               Los nuevos masones aceptados eran hombres poco dotados incapaces de crear nada duradero. Por
        esta  razón  sólo  continuó  abierto  para  ellos  un  campo  de  actividad  -  el  de  la  destrucción.  Los  masones
        efectivamente  han  destruido  cualquier  cosa  bella  y  agradable  a  su  paso,  incluyendo  la  arquitectura
        armoniosa. Han comenzado revoluciones, guerras y otras calamidades. Han impedido el desarrollo espiritual
        de la humanidad. Y también han conseguido destruir la verdadera historia de la masonería antes del 24 de
        junio de 1.717, a fin de convertirla en un disfraz más eficaz. Los masones Christopher Knight y Robert
        Lomas admitieron que el liderazgo masónico esconde muchos secretos incluso a los masones ordinarios ("El
        segundo Mesías", Londres, 1.998, p. 90).
               El 24 de junio de 1.945, los líderes soviéticos organizaron el desfile de la victoria del Ejército Rojo
        en la plaza Roja de Moscú, precisamente 228 años después de la Fundación de la logia masónica madre en
        Londres. No se trataba de una coincidencia, según fuentes masónicas.
               Así, en 1.717 las sociedades secretas se volvieron parcialmente visibles. En 1.723 fue adoptada una
        nueva constitución, escrita por el teólogo James Anderson y el abogado Jean Theophile Desaguliers. Esta
        constitución es en gran medida la base para toda la francmasonería moderna, que pretende transformar la
        sociedad, especialmente la parte más importante de la constitución "Los antiguos cargos".
               La arquitectura geomántica ha dejado de ser el objetivo de la masonería, incluso oficialmente. La
        orden  fue  casi  completamente  infiltrada  por  fuerzas  destructivas,  que  afirmaban  que  la  masonería  quería
        promover el desarrollo de la conciencia espiritual de la humanidad. Manifestaban que deseaban desarrollar
        su  espiritualidad  y  al  mismo  tiempo,  construir  un  mundo  mejor  para  la  humanidad.  El  objetivo  de  la
        masonería  se  convirtió  en  transformar  el  mundo  entero  según  la  perspectiva  mágica  de  los  masones.  Se
        desprende de la historia de la masonería política que sólo han conseguido hacer del mundo un lugar mucho
        peor para vivir.
               Ya  durante  la  segunda  mitad  del  siglo  XVIII,  la  masonería  se  había  convertido  en  una  potencia
        internacional que afectaba a la política y a la ideología de varios países ("La Enciclopedia Estonia", Tallin,
        1.998, vol. 10, p. 125).
               Esta organización revolucionaria basa su actividad en mitos destructivos y una mezcla de ideas que
        derivan de la magia (negra) egipcia, el misticismo sufí, la cábala judía y la conspiración continúa y los ritos
        de los Caballeros Templarios. El prototipo más importante para la estructura de la masonería política es una
        versión negativa del sistema y ritos, en los que se basa la orden Sufi Malamati (Idries Shah, "Sufis", Moscú,
        1.999, p. 439).
               Malamati  significa  "los  que  deben  ser  culpados".  Los  miembros  de  este  movimiento  religioso
        realizaban  conscientemente  actos,  que  generalmente  son  repudiados  por  el  público.  Pretendían  ser
        marginados  para  demostrar  que  la  opinión  de  la  gente  no  tenía  ningún  valor  duradero.  De  esta  manera,
        cualidades negativas como la vanidad y la auto-importancia se perdían a través de la formación. Un maestro
        sufí podía obtener conocimientos del pasado y del futuro de la humanidad y se podía mover a izquierda y a
        derecha en el tiempo, lo que nosotros no podemos ni imaginar.
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