Page 62 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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CUENTO DEL NÁUFRAGO 65
cuanto a este (perfume) hekenu que tú pensabas traer, es el producto prin
cipal de esta isla. Por otra parte, sucederá que, cuando hayas abandonado
este lugar, no volverás a ver esta isla, que se habrá transformado en olas».
E/ retorno al hogar
Entonces este navio /[155] llegó, tal como había predicho: fui, me en
caramé a un árbol alto y reconocí a la gente que estaba a bordo38. En
tonces marché a anunciar esta noticia (a la Serpiente), pero encontré que
(ya) lo sabía. Y me dijo: «(Vuelve), con salud, con salud, pequeño, a tu
.
casa, —¡que vuelvas a ver a tus hijos!—Haz que mi nombre sea bueno en
tu ciudad: esto es todo lo que reclamo /[160] de ti39». Entonces me tendí
sobre mi vientre, con los brazos extendidos ante él; y me dio un carga
mento que incluía olíbano, (perfumes) hekenu, iudeneb, khesayt, tichepes, cha-
asekh, colirio negro, colas de jirafa, una gran porción de resina de tere
binto, colmillos /[165] de marfil, perros de caza, mandriles, babuinos40, y
todo tipo de productos preciosos de calidad41. Cargué todo sobre el
navio. Después42, cuando me tendí sobre mi vientre para agradecerle, me
dijo entonces: «Llegarás al hogar en dos meses, acogerás en tu seno a tus
hijos, rejuvenecerás43 en el país, y allí serás enterrado». Después de esto,
bajé a la orilla /[170] cerca de este navio y llamé a la tripulación que es
taba en este barco. Di gracias, sobre la orilla, al señor de esta isla e igual
mente (a) aquellos que estaban a bordo.
Nos pusimos entonces en marcha, en dirección norte, hacia la corte
del soberano, y llegamos al hogar en dos meses, exactamente como ella
38 [N. del T.: Hay algo extraño y llamativo en este episodio. Al igual que anteriormente,
cuando la Serpiente le profetiza el venturoso regreso al hogar, da la impresión de que el Náu-
frago reconoce a los marinos, a la tripulación y al barco que viene a recogerlo. ¿Se trata acaso
de los mismos que habían perecido?... Si es así, hay una especie de «acto de recreación», de vuel
ta a una realidad (tras el paréntesis de la estancia en la isla), de recurrencia de un tiempo que ha
dado la vuelta sobre sí mismo. No olvidemos que para los egipcios, el tiempo tiene mucho de
cíclico, de «eterno retorno»...]
39 Pedción modesta de la Serpiente que, a cambio de su amistosa acogida, reclama simple
mente que se le proporcione buen renombre en Egipto. [N. del T.: No es poco. En la concep
ción ontológica egipcia, el nombre es parte constitutiva del ser, y de él depende en buena me
dida un destino venturoso o desfavorable. Si el nombre es alabado, homenajeado y «se le rinde
culto», el ser así llamado pervivirá igualmente en prosperidad.]
40 Con respecto a las dos especies de simios aquí citados y su identificación, cfr. J. VANDIER
d’Abbadie, Catalogue des ostraca igures, 3.“ fase. (1946), p. 8.
f
41 Esta enumeración incluye justamente todo lo que los egipcios se procuraban en el país
del Punt.
42 Lit. «llegó (esto, a saber)».
43 Sinuhé, cuando se apresta a volver a Egipto, formula un deseo similar (B,167-168): «¡Ah,
que mi cuerpo rejuvenezca, pues la vejez ha caído (sobre mí)!», y más adelante, una vez de re
greso (B, 290): «Se hizo desaparecer de mi cuerpo (la huella) de los años» (véase más arriba, pp. 44
y 51). Felicidad suprema, el Náufrago, como Sinuhé, será enterrado «en el país» (cfr. nota 24).