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No obstante, resulta inherente el hecho de que para
manejar el negocio de la información digital hay que
basarse en nuevos paradigmas, tanto en la concepción de
la noticia como en la estrategia comercial. Un editor de un
periódico en papel planea a las 5 de la tarde la tapa y la
edición del día siguiente. Para un editor digital –al igual que
para un creciente número de lectores- esa noticia será
vieja por la mañana: la noticia vigente es la de ahora, o a lo
sumo lo de la próxima hora. Indiscutiblemente, se puede
entender que los individuos buscan, encuentran y
comparten información a través de portales de noticias,
blogs y redes sociales de manera más que instantánea.
De igual forma, se ha demostrado que hoy día se consume
la mayor cantidad de contenidos que jamás se haya visto
en la historia, lo único es que ahora se han incorporado
otros hábitos y es allí donde los medios tradicionales tienen
el reto de integrarse de manera audaz para continuar con
su rol y poder adaptarse a las nuevas demandas que
requieren las audiencias actuales. Los medios deben tener
claro que la forma de comunicarse con su audiencia
cambió, por lo tanto, se hace necesario revisar la oferta de
contenido que se ha venido entregando en el pasado y
adecuarlo a lo que exige el público. Como Bauman lo
menciona: “aún debemos aprender el arte de vivir en un
mundo sobresaturado de información. Y también debemos
aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas
generaciones para vivir en semejante mundo”, porque la
realidad es que en pocos años los millennials, nacidos en la
era digital, tomarán el poder de las áreas de marketing y
publicidad de las agencias y empresas, y se convertirán en
los verdugos de los medios impresos. En ese entonces
veremos su extinción masiva. Algunos medios seguirán, por
supuesto: los que ofrezcan información o servicios únicos
para un público específico. Pero la sociedad se informará
principalmente a través de los medios digitales.
Ante lo que ya he mencionado, no tiene sentido plantearse a estas alturas la supervivencia del periodista, sin
embargo, resulta interesante comprobar cómo el profesional de la información o comunicador es un valor en
alza en la era digital. El periodista sigue siendo imprescindible, o incluso más necesario que nunca. Su papel es
fundamental para asegurar el derecho a la información de los ciudadanos que se deriva del derecho a la
libertad. Como afirma José Luis Dader, “las nuevas generaciones de periodistas deben ser más versátiles para
pasar con facilidad de los medios impresos a los audiovisuales y/o a los electrónicos. El nuevo profesional no
debe estar sólo familiarizado con la tecnología sino que además, ha de forjarse una mentalidad basada en el
constante aprendizaje”