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Para
DESCIFRAR
2°. La necesidad insatisfecha de anticonceptivos (NIA) en adolescentes:
análisis de sus niveles, tendencias y componentes iii
De este capítulo, cabe destacar dos aportaciones novedosas: El análisis de la cobertura anticonceptiva en las adolescentes sexualmente
activas señala un aumento de 16 por ciento entre 1987 y 2009: de 39 a 55
1ª) La propuesta de una nueva metodología para el cálculo de la por ciento aproximadamente. Pero cuando se analiza la NIA, los resultados
necesidad insatisfecha de anticonceptivos (NIA), que se destaca de parecen deprimentes: la necesidad no satisfecha disminuye solamente dos
manera didáctica en los flujogramas comparativos 1987-2009 puntos porcentuales en los últimos 20 años, para ubicarse en 21.5 por ciento
(en las páginas 32-35). en 2009.
Tal propuesta metodológica tiene la ventaja de reducir de manera impor- Es importante recordar que la NIA es un indicador compuesto, de “uso” y de
tante las variaciones y los amplios intervalos de confianza arrojados por “deseo” (de uso de métodos y de deseo de embarazo). Si analizamos de
la metodología utilizada con anterioridad. Las y los autores proponen manera resumida el Cuadro 2 en la pág. 30, podemos percibir los avances: en
además una nueva categoría: la población no usuaria que declara “no 1987, por cada 100 adolescentes sexualmente activas, 33 estaban embara-
necesitar” anticonceptivos, misma que excluyen del conteo de la NIA. zadas (la mitad sin desearlo ni planearlo); 39 usaban métodos y 28 no los
usaban: 18 por desear un embarazo, 8 aun sin desear embarazarse, y dos por
Puede ser discutible, sin embargo, la conveniencia de excluir este grupo no necesitarlos.
de población que dice “no necesitar anticonceptivos”, ya que las y los
autores reconocen que se trata, al menos en parte, de mujeres que De 1987 a 2009, descendió de 33 a 19 el porcentaje de
declaran “no estar de acuerdo” con los anticonceptivos (AC). Si este cri- adolescentes sexualmente activas embarazadas.
terio se asocia con el no deseo de un embarazo, conformaría en sentido
amplio el concepto de necesidad insatisfecha de AC. Debido a que la En 2009, la situación cambia de manera bastante favorable: por cada 100
proporción de mujeres en este grupo es solo de 1.9 en 1987 y 1.4 en adolescentes sexualmente activas, solamente 19 estaban embarazadas (40
2009, podríamos acordar con la propuesta de Doroteo Mendoza y cola- por ciento sin desearlo/planearlo); 55 usaban métodos AC y 26 no los
boradores/as, siempre y cuando este grupo fuera siempre debidamente usaban: 10 por desear un embarazo, 15 aun sin desear embarazarse, y una
identificado en las encuestas y en los análisis. por no necesitarlos. Es decir, ha cambiado el uso de AC (mayor uso) y el
deseo de concebir (menor deseo).
2ª) El análisis de la NIA, a diferencia de lo que se ha hecho clásicamente
en las enAdid, se aplica a las mujeres adolescentes sexualmente Pero no ha cambiado el NO uso, y por eso la necesidad no satisfecha de
activas, no exclusivamente a las adolescentes unidas. anticonceptivos se mantiene como un reto y, también, como un nicho de
oportunidades para nuestras adolescentes y para los servicios.
Esto es posible, solo a partir de las encuestas que no excluyeron de las
entrevistas a estas adolescentes: la enFes 1987, la ensAr 2003 y, a Una vez más la pregunta: ¿estas modificaciones en el uso de anticonceptivos
partir de ésta, en las enAdid 2006 y 2009. Es importante señalar que, y en el deseo de embarazo en mujeres adolescentes son el resultado de
debido a las diferentes poblaciones adolescentes analizadas, los porcen- políticas y programas, o han sucedido a pesar de la ausencia de políticas,
tajes de la NIA que arroja este análisis no son comparables con los que programas y campañas?
se presentan en el capítulo sucesivo.
Llama la atención el tiempo que nos hemos tardado en entender (y aceptar)
que la sexualidad adolescente se expresa tanto afuera como adentro, tanto
antes como después del matrimonio y de la unión. Los resultados sugieren
que el comportamiento anticonceptivo y reproduc-tivo de las adolescentes
sexualmente activas que no viven en unión es diferente a las que ya están
unidas, confirmando una hipótesis que hemos estado proponiendo en diversas
instancias de discusión y que postulaba ya un sesgo creciente de autoselec-
ción. Es decir, las adolescentes unidas siguen siendo las menos escolarizadas,
las más rurales, en una palabra, las más marginadas y vulnerables, entre las
adolescentes. Esta hipótesis se retoma y se confirma en general, en el capítulo
sucesivo, como vere-mos más adelante.
iii Capítulo escrito por Doroteo Mendoza Victorino, Miguel Sánchez Castillo, María Felipa Hernández López y María Eulalia Mendoza García.
Comentarios al Informe CONAPO:
51 La Situación Demográfica de México 2010