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1º Efectos de la violencia en las mujeres en trabajo de parto
Sobre este punto se describirán con detalle las diferentes acciones entendidas como violencia obstétrica. Las leyes de Acceso del Derecho de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia de Venezuela y de los estados de Veracruz y Chiapas en la República Mexicana, expresan que...
La VIOLENCIA OBSTÉTRICA consiste en:
1) Omitir la atención oportuna y eficaz de las emergencias obstétricas.
2) Obligar a la mujer a parir en posición supina y con las piernas levantadas, existiendo los medios necesarios para la realización del
parto vertical, en cuclillas o hincada.
3) Obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su madre sin causa médica justificada, negándole la posibilidad de cargarle y
amamantarle inmediatamente después de nacer.
4) Alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de aceleración, sin obtener el consentimiento
voluntario, expreso e informado de la mujer.
5) Practicar el parto por vía de una cesárea, existiendo condiciones para el parto natural, sin obtener el consentimiento voluntario,
expreso e informado de la mujer.
Existen otros elementos que se pueden considerar como violencia obstétrica en sabemos que una proporción importante de cesáreas realizadas en las institu-
el caso de la atención del parto, tomando en cuenta la opinión expresada por ciones de salud, se practican para facilitar la práctica de internas/os y residen-
grupos de mujeres: tes. Éste es un elemento tabú del cual nunca se habla, pero que se encuentra
presente en hospitales institucionales con tasas de cesárea superiores a lo reco-
Ellas dicen que estar allí -en la sala de parto- es como estar presas, mendado por la OMS. xvi
porque carecen de lo mismo que los presos. No tienen compañía, es-
tán aisladas, no tienen derecho al agua, ni a bañarse y cuando eso se
da, muchas veces es con agua fría. Afirman sentirse totalmente aban-
donadas e inseguras de lo que les pueda pasar sin ningún tipo de apo-
yo afectivo, ni que personas cercanas puedan auxiliarlas, ya que des-
de que entran en la sala se les impide la comunicación y compañía de
su pareja, familiares o amistades. xv, 18
A esto se agrega que el equipo sanitario no las escuche ni les atienda cuando
ellas sienten que ya están listas para parir, lo cual, las llena de frustración. En
otras ocasiones, se les desnuda durante el periodo expulsivo, y es frecuente que
les lastimen su vulva al practicar las episiotomías de rutina con diversas conse-
cuencias que a veces afectan su vida sexual futura.
Está generalizado que, recién nace, se lleven al/la bebé con la justificación de
revisarle, retardando a veces durante horas el apego inmediato y la lactancia y,
al terminar la expulsión de la placenta, que se realicen revisiones rutinarias de la
cavidad uterina. Así, un proceso que podría ser íntimo y placentero, concluye en
una situación dolorosa, humillante y que genera impotencia.
En otras ocasiones se convence a las mujeres de que acepten la cesárea, pero no
es frecuente que les informen del dolor concomitante, ni de los posibles riesgos,
alteraciones y daños, tanto para ellas, como para la o el recién nacido. Ahora Fotografía: Hernán J. García Ramírez. Acervo de DGPLADES, Secretaría de Salud.
xv Reseñados por la Dra. Marbella Camacaro, coordinadora de la Unidad de Investigación y Estudios de Género “Bellacarla Jirón Camacaro” de la Universidad de Carabobo, Venezuela, en su libro basado
en entrevistas a parturientas.
xvi La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las tasas de cesáreas en los países no pasen del 15%. Sin embargo, hay una “epidemia mundial” de cesáreas en el mundo. Un estudio
encomendado por la OMS y publicado en 1999 en el British Medical Journal, de autoría de José Belizan y colegas, demostró que en 19 países de América Latina se realizaban más de 850.000
cesáreas innecesarias por año.
GÉNERO Y SALUD en cifras
8 Septiembre - Diciembre 2010