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Conclusiones.
Una luz en el camino
En México algunas instituciones, Servicios Estatales de Sa-
lud y hospitales, con el empleo de la metodología inter-
cultural, han escuchado la voz de las mujeres y se han
dado a la tarea de modificar las condiciones de la
atención del embarazo, parto y puerperio, de ma-
nera congruente con los derechos humanos y las
recomendaciones de la OMS.
Diversos grupos de la sociedad civil, también
están trabajando con acciones englobadas en
el término de atención “humanizada del par-
to”. Este modelo intercultural con enfoque
humano que conlleva la promoción de posi-
ciones verticales en el parto, se ha implanta-
do con ciertas modalidades en diferentes
hospitales y centros de salud en ocho esta-
dos: Chiapas, Colima, Guerrero, Hidalgo, Mo-
relos, Oaxaca, Puebla y Veracruz, con resulta-
dos positivos, que incluyen la disminución de la
muerte materna, de complicaciones y del por-
centaje de cesáreas, así como el aumento de la
satisfacción de las usuarias. Un elemento que desta-
ca es la reivindicación del personal de salud que ahora
puede llevar una relación más humana con la población
usuaria, lo cual ha facilitado su desarrollo y que se sienta
pleno, positivo y satisfecho.
Sabemos que a partir de las propuestas elaboradas para contener la
propagación de la violencia obstétrica en Venezuela y en los estados de
Veracruz y Chiapas en México, la primera reacción del personal de salud y
gineco-obstetra, ha sido de temor a las sanciones y el rechazo a las propuestas de
cambio de actitudes y procedimientos. Sin embargo, cada vez son más las y los profesiona- Fotografía:
les en estos lugares, junto con los países de Argentina y Chile –donde también se ha promovido el Juan Carlos Castro Ramírez,
parto humanizado con respaldo de la OMS-, que toman conciencia de todo lo que ganan con estas modificaciones, derechos del CNEGSR, Secretaría de Salud.
además de la posibilidad de brindar a las mujeres usuarias la posibilidad de un parto pleno y gozoso, rompiendo con el paradigma del sufrimiento.
La violencia obstétrica ha sido una situación existente desde hace varias décadas y tiene un significado más profundo de lo conseguido legalmente en nuestro país
y en la República de Venezuela. Resalta ante una situación de crisis, efecto del patriarcado que afortunadamente ahora se está develando, informándonos de su
situación y de las consecuencias desafortunadas que afectan a las mujeres, así como al personal de salud.
La situación de violencia obstétrica prevaleciente, como toda crisis, conlleva dos elementos: uno de riesgo y otro de oportunidad. En México se posee la información
científica, cultural, operativa, experiencial y la recomendación internacional para proponer cambios concretos, los cuales deben impregnar tanto la formación médica,
como la manera en que operan los servicios y programas. El marco legal debe también ser modificado para adaptarse a los procesos de información y a las condi-
ciones de apertura y cambio que se están llevando en nuestro país para mejorar la atención obstétrica. Con ello, todas/os saldremos ganando.
GÉNERO Y SALUD en cifras
12 Septiembre - Diciembre 2010