Page 53 - Desde los ojos de un fantasma
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inauguran veintiséis sucursales de Smileys Café alrededor del mundo.
—Ha de ser muy difícil atender un negocio de ese tamaño. Nosotros en el
Conversario apenas si…
—Sí, sí, sí, qué emocionante —interrumpió de nuevo el (supuestamente) alegre
joven, dejando claro que su sonrisa era únicamente un adorno y no un
instrumento de comunicación—, seguro que usted también debe de ser un gran
empresario. En fin, lo esperamos por la tarde. No se olvide amigo: en Smileys
Café estamos para crear sonrisas. Muchas sonrisas, muchas.
En la página 52 se afirma que son 376 las estaciones que conforman la red del
metro de París. Pues ya son 377. Hace unos minutos fue inaugurada una nueva
estación.
Chanchery se llama.
Cuando Enrique Alves entró en La Escalera, sus amigos ya estaban discutiendo
el asunto de la florería.
—La florería de doña Beatriz era un trocito de bosque en plena ciudad. Es una
lástima que ya no vayamos a contemplar el colorido de sus plantas —se lamentó
Quim, el frutero, al tiempo que parecía querer estirar su nariz para alcanzar el
aroma imaginario de unas flores invisibles.
—No es tan grave —respondió Luis, el pescadero—. Este barrio debe
modernizarse. Ya nos estaba haciendo falta un Smileys Café.
—¡Hay un millón de cafés en Alfama!
—Pero en ninguno de ellos te puedes tomar un Café Invisible —defendió su
comentario el pescadero, quien no dejaba de blandir una horrible sonrisilla
brillante.
—¿Qué es eso?