Page 90 - Cuentos del derecho… y del revés. Historias sobre los derechos de los niños
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—Sí le digo, comadre. —Susana sonaba realmente mortificada, mientras
alcanzaba a su amiga el plato de galletas.
—¿Y con quién? —Lorena tomó una pasta de vainilla con forma de estrella y
agregó con indignación—: No me va a decir usted que con el holgazán ese.
Por un momento pareció que la señora Aguilera sacaría un pañuelo y comenzaría
a enjugar sus lágrimas.
—Yo que quería que se casara con un doctor o un abogado.
—Claro, alguien que de menos haya estudiado algo de provecho.
La prima de Britney mordió con rabia uno de los brazos de la estrella de vainilla,
mientras que la pariente de Cristina expresaba su contrariedad tomando un gran
trago de su bebida, para casi de inmediato dejar con furia la taza sobre la mesita.
—Pero ella insiste en casarse con ese corredor de autos.
Lorena posó su mano sobre el dorso de la de su amiga en señal de apoyo.
—¿Y de verdad está muy empeñada? —preguntó la millonaria señora Spears.
—Mírela, comadre. Por más que le digo, ella insiste en usar su vestido blanco.
Dice que es la única manera en que se siente feliz.
Efectivamente ahí estaba la rubia de largas piernas vestida con su ostentoso
vestido de novia. Sonreía como si efectivamente estuviera por irse de luna de
miel a las islas Fiyi.
La señora Patricia Ruiz extendió una serie de folletos promocionales sobre la
mesita de centro.
—Creo que las mejores clases son las de yoga. Pero los maestros de kick boxing
son muy buenos.
La señora Maribel Orozco tomaba una y otra hoja sin poder decidirse.
—¿Qué es esto de Reiki?
