Page 21 - ¿Quién fue mi abuela Emilia?

En nombre de la Nación Mexicana y como una prueba eterna de reconocimiento

al Ciudadano José A. Barrón, que en la clase de Capitán de Caballería combatió
los años de 58, 59 y 60, a la facción que se apoderara de la Capital de la
República, he dispuesto se le extienda este diploma que acreditará para siempre,
el acendrado patriotismo y abnegación del ciudadano que tuvo la gloria de salvar
a su patria de la tutela en que por cuarenta años la tuvieron las clases que se han
creído privilegiadas en la República.

La Secretaría del Ministerio de la Guerra tomará razón de este diploma, que
además del mérito que acredita al que le obtuviere le servirá para en cualesquiera
caso ser atendido en lo que solicite, con preferencia a los ciudadanos que no se
hallen en las mismas circunstancias. Dado en el Palacio Nacional de México en
el mes de Julio del año de 1861, primero de la Reforma.

Está firmado por Juárez y por Zaragoza. Tengo la impresión de que este diploma
le sirvió, en efecto, para ser atendido en lo que solicitara, porque está tan
doblado y maltratado que pareciera que lo llevaba siempre en el bolsillo… para
lo que se ofreciera. Alguna influencia debió de haberle dado el diploma, porque
haber salvado a la patria no es cualquier cosa. Solo no estoy tan seguro de que
realmente haya salvado a su patria de la tutela en que la habían tenido “las clases
que se han creído privilegiadas”. ¡Y por cuarenta años! O sea, desde la
Independencia. Creo que sigue tutelada por las mismas clases…, pero esa es otra
historia. Juárez pensó que hasta ahí habían llegado las clases privilegiadas,
aunque supongo que muy pronto se dio cuenta de que la salvación había sido
provisional. Al año siguiente volvieron los conservadores a la carga, pero esta
vez con ayuda de los franceses.

El capitán Barrón también combatió durante la intervención francesa, de 1862 a
1867, del lado del gobierno de Juárez. Después de haber perdido la guerra, los
conservadores decidieron que lo mejor para su causa era llamar refuerzos del
extranjero y traer a un emperador europeo para que gobernara México. Así, con

la ayuda de Napoleón III, que gobernaba Francia en aquel entonces, trajeron al
archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo, que gobernó México con el
título de emperador, con ayuda del ejército francés y de los conservadores.