Page 25 - ¿Quién fue mi abuela Emilia?
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sería pintar a un alma enamorada


               guardando su pasión muda y tranquila.






               Que tu mirada, cuando amores lanza,


               es la hermosa ilusión de mis anhelos,


               es el rayo de sol de mi esperanza


               tendido sobre el iris de los cielos.





               Perdóname Matilde si en tu santo,


               en mi ardiente, en mi loco, atrevimiento


               pulsé mi lira, le arranqué este canto


               y en vez de una corona de amaranto


               te dedico este humilde pensamiento.






               Quién sabe qué habrá pasado con este pretendiente que parecía tan enamorado
               como para escribirle a Matilde este poema el día de su santo. Finalmente Matilde
               no le hizo caso o algo pasó, pues ella terminó casándose hacia 1894 con mi
               bisabuelo, Carlos Amador Ayala. Él debió de haber sido un hombre lo
               suficientemente atractivo como para que ella lo prefiriera por sobre un
               pretendiente que le escribía poemas (a juzgar por sus fotografías de joven,
               Carlos era, cuando menos, bien parecido). ¡Y qué bueno que se casó con mi
               bisabuelo, porque si no, yo no hubiera nacido y no estaría escribiendo ahora
               sobre ella!


               Carlos Ayala nació en 1866. Fue uno de los catorce hijos que Mariano Ayala y
               Dolores García tuvieron en Guadalajara, Jalisco. ¡Catorce! ¡Antes la gente sí que
               tenía muchos hijos! Después de criarse ahí, Carlos emigró a la ciudad de
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