Page 29 - ¿Quién fue mi abuela Emilia?
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MI ABUELA, Emilia Ayala Barrón, nació el 26 de enero de 1903. Era la quinta
de los seis hijos que tuvieron mis bisabuelos. Nació en la calle de Zamora, en la
colonia Condesa, muy cerca del bosque de Chapultepec, en la ciudad de México.
Esta colonia había sido fraccionada e inaugurada justo un año antes, en 1902, y
recién empezaba a urbanizarse. Con el Porfiriato, la ciudad de México creció y
la clase media empezó a mudarse a colonias nuevas que se desarrollaron en las
afueras de la ciudad, como la Condesa o la Roma (que ahora son muy céntricas).
Muy al estilo de la época, estas colonias se desarrollaron con el estilo
afrancesado que imperó en la época en que Porfirio Díaz gobernaba México.
Pero la colonia Condesa no tuvo la apariencia que después la caracterizaría sino
hasta los años veinte, cuando se impuso el art decó, estilo muy elegante y sobrio
que en esa época dominó la arquitectura de todo el mundo. Así, la infancia de mi
abuela transcurrió entre los llanos y terrenos baldíos de lo que había sido la
hacienda de la Condesa de Miravalle, de quien la colonia tomó su nombre.
Una vez mi abuela me platicó que siendo niña había visto la entrada del ejército
zapatista a la ciudad de México. Supongo que habrá sido en esos llanos y que
ella habrá tenido unos once años. Seguramente habrá sido en esa casa de la calle
de Zamora donde también se enteró, un poco antes, de cómo en la Decena
Trágica Victoriano Huerta había dado un golpe de Estado y había mandado
matar al presidente Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino
Suárez, para escándalo de los padres de Emilia, que siempre apoyaron el
maderismo.
La infancia y adolescencia de mi abuela transcurrieron durante la Revolución
mexicana. La Revolución se inició en 1910, es decir, cuando mi abuela tenía
siete años. Al principio, esta revolución buscaba cambiar el régimen dictatorial
de Porfirio Díaz por una democracia en la que un solo gobernante no se
reeligiera indefinidamente, sino que hubiera alternancia en el poder. Francisco I.
Madero inició este movimiento bajo el lema de “Sufragio efectivo, no
reelección”, es decir, pedía que se respetara el voto y que el presidente no se
reeligiera indefinidamente, como lo hizo Díaz por treinta años. Al final, Díaz
renunció y Madero llegó a la presidencia tras ser elegido democráticamente. Sin
embargo, en 1913, durante la Decena Trágica, Madero y Pino Suárez fueron
asesinados por órdenes del general Huerta, quien fuera su colaborador y lo
traicionara al dar un golpe de Estado para ocupar la presidencia. Muchos
caudillos, como Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y Francisco Villa,