Page 59 - Sentido contrario en la selva
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Y luego:


               —Entreguen —dijo el altanero.


               Cuando salí de la tienda, vi a Emilio y a Ricardo acomodando las armas en sus
               mochilas. Los hombres se mantenían a distancia, brazos cruzados. Cuando Sita
               salió de la tienda se dirigió hacia el lugar donde estaba la estufita y la cafetera.
               Mi madre es una zombi hasta que toma la primera taza de café. Maniobraba la
               cafetera cuando Ricardo le acercó un termo con café. Sita lo tomó como si fuera

               una boya y ella estuviera en medio del mar. La zombi empezó a recobrar su
               forma humana, puso otra cafetera y se acercó a ofrecer café a los hombres
               rastreadores. Sita extendía la cafetera y ellos permanecían con los brazos
               cruzados. Vi la mandíbula de Ricardo apretarse. Sita insistió.


               —¿Cafecito?

               —No dejen a la señora con el brazo extendido —murmuró el altanero.


               —Yo sí, señito —agregó un rastreador mirándola.


               Pareciera que se hubiera desbaratado un hielo en la selva. Hielo en la selva, es
               una imagen de caricatura de mi cabeza de televidente. No estoy seguro de que
               Sita se diera cuenta de que produjo el fenómeno meteorológico más extraño del
               siglo.
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