Page 107 - Diario de guerra del coronel Mejía
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Lunes 20 de julio de 1942
Hoy tuvimos nuestra primera acción de guerra.
Esa entrada en el diario del Coronel es así de corta porque la plasmó de muy
mala gana. En nuestra primera acción de guerra, el sentimiento al volver al
cuartel general fue de una gran tristeza en vez de la gran alegría que
esperábamos. No paraba el Coronel de decir todo el tiempo que “así es la
guerra”, pero ni con eso pudimos levantar el ánimo.
Ese día pretendíamos ir a hacer guardia frente al cuartel enemigo; para entonces
todavía nos sentíamos bastante contentos. No obstante, cuando caminábamos por
Enrico Martínez, pudimos notar que al lado de la rotonda de los cañones se
desarrollaba una escena muy extraña: varios niños hacían gran escándalo al
seguir a alguien. Cuando nos acercamos nos dimos cuenta de que se trataba de
Estrada y otros. Iban detrás de Bola de Arroz y le gritaban “¡chino cara de
cochino!” una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez mientras Bola de Arroz
trataba de no hacerles caso sin detener sus pasos. De todos modos era muy
probable que no entendiera lo que le estaban diciendo, pero también era muy
desagradable ver a Tavo y a Estrada haciéndole muecas y gritándole. Llevaba su
cinta en el cabello, sus sandalias…
Entonces, Rodrigo notó nuestra presencia.
—¡Oye, Dumbo! Aquí te tenemos ya un enemigo. ¿Piensas quedarte así nada
más?
Y diciendo esto, tomó por el brazo a Bola de Arroz, obligándolo a detenerse. El
japonés no hizo nada, sólo los miraba con extrañeza. Era imposible saber si
estaba sintiendo miedo o enojo. En total eran cuatro niños los que lo molestaban,
y con el Coronel serían cinco. Pero el rostro de Bola de Arroz se mantenía
extrañamente sereno.
—¿Qué te pasa, Dumbo? —intervino Estrada—. ¿No será que eres “un traidor a