Page 88 - Diario de guerra del coronel Mejía
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Lunes 6 de julio de 1942
La guerra ha comenzado para nosotros.
Estábamos patrullando la zona de la Ciudadela cuando el enemigo mostró por fin
la cara. Nos escondimos detrás de un cañón y apenas pudimos pasar
inadvertidos. Lo acompañaba su madre y se dirigían a la tiendita que está en
Tolsá. El cabo Ipana se puso muy nervioso porque sabía que estábamos a punto
de entrar en combate. Le dije que se tranquilizara o le ordenaría volver al cuartel.
Hay pocas cosas más peligrosas que un soldado al que le tiemblan las manos a la
hora de tomar su arma.
Estuvimos observando a la distancia al enemigo, desde que entró a la tiendita
hasta que salió de nuevo con su madre. Estuvieron dentro tres minutos y
veintidós segundos, según datos del cabo Ipana. Al salir llevaban una bolsa con
leche y legumbres. Pero es posible que también llevaran armas ocultas. Con el
enemigo nunca hay que ser confiado.
Ordené al cabo Ipana que me siguiera y, con todo sigilo, fuimos tras ellos,
escondiéndonos detrás de los árboles, los postes y los autos. Por fin, vimos que
se metían a una vecindad que está en Emilio Dondé. Le pedí al cabo Ipana que
anotara bien la dirección, que no apunto en este diario por temor a que algún día
caiga en manos enemigas y conozcan nuestros avances. También escogimos un
nombre clave para dirigirnos al enemigo: “Bola de Arroz”.
Ahora sabemos hacia dónde dirigir nuestras miras. El cabo Ipana seguía nervioso
después de nuestra misión. Yo creo que teme al fuego enemigo, pero no hay que
ser muy estrictos con él. Cualquiera puede tener miedo de morir. Mañana
volveremos a hacer guardia frente al cuartel enemigo para ver si es posible
iniciar las hostilidades.
QUERIDO PONCHO PUNTO SALVADOS POR LOS PELOS PUNTO OSO
GRIS ENORME ESPANTÓ TRIBU PUNTO AHORA AMIGO NUESTRO
PUNTO PERO NO ME GUSTA CÓMO MOJA LABIOS CON LENGUA