Page 78 - El hotel
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El tío Manolo, como es natural, no pudo resistirse y cantó aquello de: Siga el
panderu tocando, siga el tambor. Ahora sale a bailar un amigu que yo tengo...
Aún estaba la voz de Manolín vibrando en el aire cuando el forense gritó:
–¡¿Pero uztede zaben qué ez una canción de verdad?! ¡Pues ahora lo van a ver!
Y soltó unas alegrías con mucho sentimiento. La tía Rosa zapateaba y todos
daban palmas. Incluso Goyo y yo.