Page 50 - Puerto Libre. Historias de migrantes
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Lo único que quiso llevarse de vuelta a Estados Unidos fue una agenda repleta
de números telefónicos.
Ahora aparta una minúscula parte de su sueldo para comprar cada quince días
unas tarjetas que sirven para hablar por teléfono a México a precios muy, pero
muy módicos.
Cada domingo, sin falta, toma su agenda, la abre al azar, cierra los ojos, y así
elige el número que posteriormente marca.
Habla por teléfono durante horas.
Cada domingo.
Se siente cada día más solo.