Page 46 - Puerto Libre. Historias de migrantes
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marcados con los dedos con los que mi Yaya se aferraba mientras le rezaba a

               cuanto santo pudo recordar.

               Alguno de ellos seguro la estaba escuchando, porque a pesar de la tempestad
               (producto de aquel maravilloso banco de nubes que a mí me hizo ligero el viaje,

               pero que luego causó estragos en la aeronáutica), el piloto pudo aterrizar.

               Ladies and gentlemen, we are arriving to the Intercontinental Airport of
               Houston.


               —¿Qué dijo?


               —¡Que ya llegamos!
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