Page 44 - Puerto Libre. Historias de migrantes
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siempre digo, más vale prevenir, y los gringos son reteprevenidos, así que en vez
de tener que lidiar después con tres mojados, prefirieron ponerlos de patitas en la
calle luego luego… Yo en su lugar mejor declaraba que llevo, ¿qué será?, pos
unos diez mil dólares… —aseguró mi madrina.
—¡¿Tanto?! —mi señora madre se alarmó un poco más (cosa que parecía
imposible de lograr).
—Pues sí… Porque como van a estar tres meses del otro lado, los gringos tienen
que asegurarse de que van a poder mantenerse sin necesidad de quitarle su
trabajo a una gringa afanadora, usted misma eche cuentas… Pero a mí se me
hace que con los diez mil dólares que le digo que declare en la aduana del
aeropuerto, hasta corta me estoy viendo. Pero bueno… ni caso me haga,
comadre, porque de estas cosas no sé nada… Yo nada más le comento —terminó
su aleccionador discurso con aquella gloriosa frase, que en sus labios sonaba a
orden inmediata de general de la tropa.
El resto del viaje lo pasamos todos en silencio, dizque oyendo el recuento de las
múltiples enfermedades (con su correspondiente y detallada cura) de la comadre
Aguilar.
Yo nada más les comento…