Page 205 - La vida secreta de Rebecca Paradise
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En aquel momento se me partió en la mano el lápiz que estaba sujetando.
Demasiada fuerza. Demasiada fuerza y demasiada furia. Tomé aire y, con el
trocito que aún conservaba la punta, me puse a garrapatear como loca sobre la
carta que acababa de escribir. Después arranqué la hoja, me levanté y, sin saber
muy bien por qué, se la alargué a Sofía. Lavender y Thomas me espiaban de
reojo mientras ella leía con interés:
«Buenas tardes. Me llamo Sarah y jamás me pierdo vuestro periódico. Creo que
es incluso mejor que los que se venden en los quioscos. Opino que deberíais
eliminar algunas noticias aburridas e incluir una sección de trucos de belleza.
Todo lo demás me encanta, excepto porque las cartas a los lectores son
completamente falsas y las escribe una redactora de El Noticiero por encargo de
su directora. Un besote muy fuerte de Sarah».
Sin dejar de sonreír, Sofía fue tachando cuidadosamente con su pluma toda la
última frase de la carta.
–Estupendo –me felicitó–. Con otras tres como esta tendremos suficiente.
¿Sabes? Lo del «besote» me ha parecido muy gracioso. ¿Podrías añadirlo de
nuevo?
